“Es la primera vez que se reconoce mi investigación en el área de formación de galaxias”. Con estas palabras, el físico teórico británico Stephen Hawking ha agradecido el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas que le han otorgado, junto con su colega ruso Viatcheslav Mukhanov.
El profesor ha recibido su galardón la semana pasada en el Centro de Estudios Matemáticos de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), de manos del presidente de la Fundación BBVA, Francisco González. Aunque intervendrá en directo por videoconferencia en la ceremonia de entrega de los Premios Fronteras el día 21 de junio, no le será posible viajar a Madrid. Por eso, y en atención a su estado de salud y circunstancias personales, se le ha hecho entrega del galardón en tierras inglesas.
Durante su encuentro, el presidente de la Fundación BBVA ha tenido ocasión de preguntar a Hawking por su visión sobre el papel de la ciencia y la tecnología. “Los científicos nos apoyamos en datos observacionales y experimentales. Necesitamos más rigor intelectual de este tipo en la vida pública, para ayudarnos a abordar los desafíos globales”, ha respondido Hawking.
Y ha añadido: “Hay grandes preguntas que necesitan una respuesta, y también una nueva generación interesada, comprometida y con una nueva visión de la ciencia. ¿Cómo alimentaremos a una población en crecimiento, cómo proporcionaremos agua y generaremos energía renovable, cómo ralentizaremos el cambio climático? Espero que la ciencia y la tecnología nos den la respuesta. Pero hará falta personas, seres humanos con el conocimiento y la visión necesarios para aplicar las soluciones”.
El jurado del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en Ciencias Básicas ha galardonado a Hawking y Mukhanov por haber descubierto que las galaxias se formaron a partir de perturbaciones cuánticas en el principio del universo. A principios de los años ochenta, Hawking y Mukhanov, trabajando de forma independiente, predijeron que en el universo recién nacido, fracciones de segundo después de iniciarse la expansión, hubo fluctuaciones cuánticas que actuaron como semillas de las galaxias. Contra todo pronóstico, porque inicialmente nadie creía que fuera posible, en 2013 se demostró la existencia de estas perturbaciones microscópicas en el universo primitivo.