BARCELONA. En un episodio de la aclamada Batman: The Animated Series, ganadora a comienzos de los años 90 de cuatro Premios Emmy, Ra’s al Ghul, uno de los múltiples villanos a los que el protagonista debe combatir, busca la eterna juventud. Para ello hará cualquier cosa que sea necesaria [pinche aquí si la nostalgia le lleva a querer ver el capítulo]. En 2045 no hará falta querer acabar con el mundo para lograrlo. La tecnología hará el trabajo sucio por nosotros.
José Luis Cordeiro (Caracas, 1962) es ingeniero, economista y experto en Relaciones Internacionales. Pero desde que escribió en 2018 el libro La muerte de la muerte: la posibilidad científica de la inmortalidad física y su defensa moral está considerado como uno de los futuristas más realistas del siglo.
En el Mobile World Congress de Barcelona ofrece una conferencia tan corta como la vida que se ha empeñado en alargar eternamente. Y en ella ocurre de todo, como en la vida misma. Cordeiro no está dando un monólogo. Lleva una llamativa camisa amarilla y se mueve por el escenario como pez en el agua. Bromea mientras habla de biotecnología, nanotecnología y demás tecnologías terminadas en ‘gías’. Nadie quita ojo de su ponencia. Al fin y al cabo, ¿quién puede ignorar a alguien que dice que viviremos para siempre?
Su libro tiene todas las respuestas. Y en todos los idiomas: español, inglés, portugués, francés, alemán, chino, ruso (sí, en Rusia también leen sobre inmortalidad)… El 50% de sus ventas se destina a la investigación. Y no es, con perdón de la expresión, la paja mental de un gurú de la inmortalidad reflejada en cientos de páginas. «Desde El Libro de los muertos del Antiguo Egipto, el ser humano lleva buscando la inmortalidad. Muchos emperadores a lo largo de la historia también profundizaron en esta opción. Pero no tenían algo que tenemos ahora para hacerlo realidad: tecnología», comenta.
La lógica de José Luis Cordeiro para defender la inmortalidad es que incluso si el mundo curase todas las enfermedades seguiríamos muriendo. «La verdadera enfermedad no es la enfermedad, sino la edad». En la palabra «edad» es cuando el autor sube el tono. Lo repite varias veces durante su charla para finalmente ofrecer un dato que el país anfitrión del Mobile World Congress no debería pasar por alto: España será el país con mayor esperanza de vida dentro de 20 años superando a Japón, líder actual. O dicho de forma grosera: será el país más viejo del mundo.
Y todo ello a pesar de una primicia que Cordeiro ha adelantado, sin que le tiemble la voz: «La ciencia curará el cáncer en la próxima década». Llegados a este punto, no es de extrañar que el autor se sienta cada vez más convencido de su teoría y asegure que «estamos ante la última generación de mortales». 2045 es el año marcado en rojo en el calendario. «Desde que estamos en el siglo XXI, el camino hacia la inmortalidad ha tomado varias formas: en 2010, comenzó la tendencia por los buenos hábitos; en 2020, la biotecnología; 2030 será la década de la nanotecnología. Y en la siguiente ya lo habremos conseguido», detalla Cordeiro.
Las grandes tecnológicas ya están en ello
«Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre», suele decir el sacerdote en las bodas católicas parafraseando a San Mateo. Y eso debieron pensar Google y Apple, pero adaptado a la biblia del siglo XXI: lo que la tecnología ha unido que no lo separe la muerte. Y mucho ha debido unir cuando dos gigantes tecnológicos que compiten entre sí se alían para crear una compañía como Calico, perteneciente a Google pero con Arthur Levinson, presidente de Apple, como director general.
Esta empresa está focalizada en la salud, bienestar y longevidad, e investiga los mecanismos de envejecimiento y el proceso degenerativo de las células humanas para detenerlo o, al menos, ralentizarlo. Jeff Bezos, fundador de Amazon, también tiene a la muerte entre ceja y ceja. Lleva invirtiendo desde 2021 millones y millones en la compañía Altos Labs y sus investigaciones sanitarias. También está obsesionado con revertir el envejecimiento.
Otro magnate, fundador de Tesla y con interés en la carrera espacial, también está trabajando en ello. Aunque últimamente anda entretenido con Twitter. A la posibilidad de la eternidad que plantea José Luis Cordeiro hay una cuestión que, lejos de cualquier apreciación sadista, no debería pasar por alto. La muerte genera curiosidad. ¿Qué hay después de la vida, si es que hay algo? ¿Morir duele? ¿Qué es lo último que se piensa antes de morir? Si el ser humano va a ser inmortal, ¿cuál es el fin, entonces, de la religión? Pandemias, guerras, crisis… Últimamente no nos lo ponen fácil. Por tanto, cabe preguntarse: ¿no es aburrido vivir eternamente?
2 comentarios en «La inmortalidad es posible (aunque aburrida)»
Seguimos sorprendiendonos con caracteristicas especiales que nos muestra nuestro planeta Tierra, desde que aparecio el hombre, cuanto nos tomara descubrir la Luna y asi seguiremos muchos milenios sorprendiendonos con el Universo y el Cosmos y solo para contestar NO ES ABURRIDO VIVIR ETERNAMENTE…
Ojalá pueda ser posible eso en el futuro