La integración de los inmigrantes también se mide con matemáticas

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Gueto de inmigrantes de Little Italy, en Nueva York, hacia 1900. / BIBLIOTECA DEL CONGRESO DE EEUU

Investigadores del CSIC han liderado un proyecto internacional que ha desarrollado un nuevo método matemático capaz de medir el grado de integración de los inmigrantes a partir de los mensajes publicados en Twitter. El trabajo, publicado en la revista PLOS ONE, se basa en aspectos como el idioma y la localización y clasifica a las ciudades en tres categorías en función del mayor o menor grado de integración.

“La comunidad de origen de los usuarios se determina mediante el idioma de los tweets emitidos, estableciéndose una algebra idiomática para asignar la comunidad más probable a la que se pertenece”, ha explicado el director del estudio, José Javier Ramasco. De esta forma, si por ejemplo todos los mensajes son en idioma local, “entonces se considera al usuario como residente local. Si, al contrario, algunos mensajes son en idiomas propios de las comunidades inmigrantes se puede asumir que dicho usuario conoce esa lengua y pertenece a dicha comunidad”.

Es decir, que para elaborar estos cálculos, este método matemático se basa en dos factores fundamentales: el idioma y la localización de estas personas. De esta forma, combinando ambos aspectos, encuentra las zonas de residencia típicas de las distintas comunidades y puede analizar si están más o menos concentradas en el espacio que la población local. Según ha destacado Ramasco, “Este método nos ha permitido analizar comunidades inmigrantes en 53 de las mayores ciudades del globo. En cada una de ellas se puede definir una métrica que mide la capacidad de integración espacial de los inmigrantes en ellas”.

Tres categorías

En función de las métricas facilitadas por este método matemático, las ciudades se pueden clasificar en tres categorías: las que presentan una alta capacidad de integración, un grupo con un nivel de integración intermedio y, finalmente, un tercer bloque que integra tanto a las ciudades que tienen pocas comunidades inmigrantes como a aquellas que se encuentran altamente segregadas desde el punto de vista espacial. Así, el investigador ha señalado que “en el primer grupo (alta integración) se encuentran ciudades como Londres, San Francisco, Tokio o Los Ángeles, mientras que en el otro extremo (baja integración) aparecen otras como Detroit, Miami, Toronto o Ámsterdam”.

Este nuevo método, han destacado desde el CSIC, permite abrir la puerta a encontrar una nueva fuente de datos para analizar la segregación o integración espacial de la residencia de los inmigrantes. De hecho, al trabajar con datos online, los análisis pueden hacerse casi a tiempo real y a escala global.

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