El Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España, la Fundación Rafael del Pino y Banco Santander, a través de Santander Universidades, han presentado el Informe GEM España 2015 (Global Entrepreneurship Monitor), donde se recogen las principales características de la dinámica emprendedora en España, además de una fotografía del momento del emprendimiento corporativo y los apoyos a los emprendedores españoles. Entre los principales resultados del estudio, destaca que España se sitúa en la media de los países europeos con emprendedores motivados por las oportunidades.
Otro dato positivo es la mejora del emprendimiento femenino, mientras que el total se estabiliza, aunque en niveles bajos. En este sentido, la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA), que mide las iniciativas emprendedoras con menos de 3,5 años de vida, continúa con el incremento que comenzó en 2014, alcanzando el 5,7%, Este crecimiento permite percibir lentamente una mejora en las oportunidades para iniciar un negocio y que más de la mitad de la población considere que emprender es una buena opción profesional. Por otro lado, más del 73,5% de la TEA de 2015 corresponde a emprendedores por oportunidad, mientras que un 24,8% a emprendedores por necesidad.
Respecto a la radiografía del emprendedor español, casi un 40% del total de emprendedores en fase inicial tienen entre 35 y 44 años y se muestran más propensos a emprender. A su vez, el emprendedor español tiene experiencia antes de poner en marcha su propio negocio y sólo un 50% tienen algún tipo de formación superior, mientras que el 40% ha recibido en algún momento de su vida formación específica para emprender.
Las startups lideran los nuevos negocios, pero falta innovación
El perfil de los nuevos negocios corresponde al de una empresa de pequeño tamaño (1-3 empleados) que presta servicios a consumidores locales, con poca vocación innovadora (30% aporta iniciativas innovadoras) y sin aspiraciones de internacionalización a corto plazo. En cuanto al emprendimiento en empresas ya creadas, sólo el 1,1% ha participado activamente en la creación y puesta en marcha de nuevas ideas dentro de las empresas en las que trabajan, lo que supone una caída respecto a 2014, donde alcanzaba el 1,8%.