El transporte público madrileño empieza a mostrar sus activos para fomentar una movilidad a la altura de las circunstancias, adaptada a los condicionantes que impone el COVID-19. El alcalde Martínez-Almeida visitaba ayer uno de los nuevos tramos (ubicado en la calle Bravo Murillo) de la red de carriles bus de la capital. El despliegue de estás vías crecerá 45 kilómetros en los próximos meses. El alcalde estuvo acompañado de Borja Carabante, responsable del Área de Medio Ambiente y Movilidad.
Desde el ayuntamiento informan que este incremento de carriles bus (en un 30 %, hasta un total de 193 km) es provisional. “Según los resultados que arroje su puesta en marcha, una parte significativa pasará a formar parte de la red de modo definitivo”. Calculan que su implantación permitirá incrementar en 32.000 las plazas disponibles, posibilitando mayor distanciamiento social.
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Los nuevos carriles bus se repartirán en tres vías de actuación. Dentro de la M-30 con 8,5 kilómetros; en barrios del exterior de la M-30 con 17,8 kilómetros y en nuevos desarrollos urbanos con 19 kilómetros. En las próximas semanas señalizarán los 45 kilómetros adicionales de carriles. Serán exclusivos para el uso de autobuses municipales y taxis. Estarán ubicados en un total de 37 vías pertenecientes a 15 distritos de Madrid.
Acuerdo Ayuntamiento-Comunidad para evitar aglomeraciones en el transporte público
Por otro lado, la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís, junto con el consejero de Transportes, Movilidad e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, y el representante de la plataforma El Día Después, Carlos Mataix, se reunían, también ayer, con responsables de organizaciones empresariales, sindicatos y universidades de Madrid. El objetivo, según el consistorio, es impulsar un compromiso conjunto que fomente la movilidad sostenible mediante la coordinación del teletrabajo y la flexibilidad horaria de los trabajadores.
El Día Después, comunidad nacida durante el confinamiento, aglutina diversos colectivos y reflexiona sobre cómo va a cambiar la vida en las ciudades a raíz de la pandemia. Villacís señalaba que el acuerdo alcanzado “reúne a todos los sectores comprometidos con tres objetivos muy importantes para la ciudad: gestionar la crisis sanitaria, un compromiso con el medioambiente y la recuperación económica de Madrid”.
La iniciativa pretende evitar la saturación del transporte público, sobre todo en hora punta. También posibles congestiones de la red viaria que pudieran producirse como consecuencia de una mayor preferencia por el uso del vehículo privado. Villacís detallaba que los desplazamientos en hora punta suponen un 20 % del total de usos del transporte, lo que supone unos dos millones de personas. “Este acuerdo es básico para reducir estos desplazamientos y así evitar al máximo el número de contagios”, añadía la vicealcaldesa.
Sumar efectivos
En la reunión se ha presentado una carta de adhesión. Con este documento, Ayuntamiento y Comunidad invitan a las empresas y al resto de organizaciones que deseen sumarse a la iniciativa. El compromiso implica reducir la citada presión sobre la hora punta en el transporte público además de rebajar en un 30 %, respecto a los niveles precrisis, el número total de desplazamientos realizados por sus empleados a los puestos de trabajo.
El plan busca potenciar el uso del transporte público y de otros modos de movilidad activa. Es aquí donde entran en juego la movilidad peatonal, ciclista o compartida. Estos objetivos, añaden, se basan en las estrategias de flexibilización de horarios, en el teletrabajo y la digitalización de las empresas y administraciones.