Que España y Francia colaboren más y mejor en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) y transferencia de tecnología, creando un nodo tecnológico basado en nanotecnologías, materiales avanzados y fabricación avanzada. Éste es el objetivo del proyecto TNSI que engloba a pymes y centros de investigación de las regiones fronterizas de ambos países. La iniciativa, que cuenta con financiación europea de casi dos millones de euros, tendrá una duración de tres años y se centrará en tres ámbitos: investigación precompetitiva, formación e investigación fundamental.
En el ámbito de la investigación precompetitiva, el proyecto recoge que las pymes y los centros investigadores participantes colaborarán en el estudio de tecnologías clave, explorando tanto su potencial técnico como económico. Sin embargo, en relación a la investigación fundamental, se establece que los productos desarrollados por las empresas se integren en proyectos de investigación, para identificar mejoras que permitan abordar nuevos mercados. Finalmente, en cuanto a la formación, se desarrollará un programa bidireccional de estancias entre personal de las pymes y jóvenes investigadores que permitirá mejorar su formación y facilitar la transición entre los ámbitos académico y empresarial.
Jorge Lobo, investigador del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (ICMA), uno de los entes públicos involucrados en este proyecto, ha explicado que los centros de investigación aportan “es un know-how, un saber hacer, con el que podemos ayudar a las empresas a entender qué problemáticas hay, qué tipo de herramientas necesitamos.. Y también ellos se pueden fijar en qué necesidades tenemos los científicos, porque muchas de las herramientas que utilizamos son prototipos realizados por nosotros mismos”.
Por su parte Francisco López Gejo, desde BihurCrystal, pyme vasca que coordina el proyecto TNSI, ha señalado que en los centros de investigación “existe un remanente y una producción de resultados que no consiguen transformarse en productos que luego generen una riqueza económica y por otra parte las pymes son estructuras muy ágiles pero no disponen de recursos suficientes para meterse en grandes proyectos de transferencia de tecnología”. En este sentido, ha incidido que uno de los efectos inmediatos de este programa de cooperación es que “va a dar la oportunidad a muchos estudiantes para que conozcan el mundo de la empresa y esto abra nuevas oportunidades profesionales”.
Como consecuencia de esta iniciativa se espera que las empresas, especialmente las pymes, puedan beneficiarse de las grandes infraestructuras de investigación de las entidades públicas, salvando así las dificultades financieras que suele llevar asociado el lanzamiento de productos de este tipo. Por su parte, los centros de investigación buscarán en este acuerdo con la industria acercar los resultados de su actividad al mercado y que su personal encuentre nuevas y atractivas oportunidades laborales en el ámbito privado.
Nanotecnología como factor estratégico
La Unión Europea ha identificado claramente a la transformación de las Tecnologías Facilitadoras Esenciales (KET) en productos y procesos comercializables como uno de los principales escollos que existen para el proceso de innovación en la actualidad. Por ello, este proyecto se centrará en el desarrollo de tecnologías dirigidas a los mercados científicos (instrumentación, componentes y materiales para la investigación científica), que tienen una triple importancia estratégica: son los primeros en adoptar las nuevas tecnologías, las someten a la máxima exigencia desde el primero momento obteniendo una rápida optimización de productos y, por último, requieren de volúmenes de producción relativamente pequeños a los que una PYME puede fácilmente adaptarse.