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Las startups aceleran la llegada de la inteligencia artificial a la vida cotidiana

Juan F. Calero

CHIARA, EDJ XTech Law School, EVESTEL y Taylor App, empresas que son apoyadas por La Nave, el centro de innovación del Ayuntamiento de Madrid, reflexionan sobre los beneficios de una tecnología que ya es utilizada por el 84,4 % de los profesionales españoles

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La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse, y las empresas y trabajadores españoles lo saben. Según el “I Barómetro europeo de IA”, elaborado por EY, España destaca como líder en la adopción y adaptación de la IA, con un 84,4 % de los empleados que reconocen su uso activo, el porcentaje más alto de Europa. El informe también destaca que el 54 % de los empleados ha apostado por invertir en su propia formación en IA (un 72 % de los profesionales anticipa que la IA podría asumir algunas de sus responsabilidades laborales).

El barómetro añade que un 41 % de directivos empresariales en España señalan que la IA ha beneficiado a sus empresas, ya sea mejorando la eficiencia de costes o elevando las ganancias, y un 19 % reconoce que ha contribuido positivamente en ambos aspectos.

¿Y los emprendedores? Una vez más, tal y como ha ocurrido con otros hitos tecnológicos de la actual revolución, las startups van un paso por delante. Más allá de la disrupción en el plano técnico, las empresas emergentes han demostrado ser expertas en avanzar en la aplicación práctica de la IA.

En el caso de La Nave, centro de innovación de referencia del Ayuntamiento de Madrid, algunas de las startups a las que apoyan entienden que la IA solo tiene sentido si los beneficios que reporta a empresas y usuarios son tangibles. Además, mostrar su utilidad en actividades cotidianas, ayuda a que la IA se despoje de algunos de los prejuicios de los que aún está rodeada. Hablamos con cuatro de estas empresas para entender mejor el ‘aterrizaje’ de la IA en distintos sectores.

Superar el miedo a hablar en público

Soraya del Portillo es la creadora de CHIARA, un simulador de aprendizaje que utiliza realidad virtual y procesamiento del lenguaje natural para mejorar habilidades de comunicación en público. A través de la metodología Learning by Doing, y en un entorno inmersivo, los usuarios pueden practicar sus propias presentaciones en escenarios realistas y recibir retroalimentación personalizada.

“El objetivo es abordar el miedo a hablar en público. Proporcionamos una solución autónoma y escalable que permite a los estudiantes practicar y mejorar sus habilidades estén donde estén”, afirma Del Portillo. “El resultado es un aprendizaje más rápido y una mayor confianza en los usuarios”.

La emprendedora señala que, en su propuesta, la IA juega un papel crucial. “Sobre todo en el análisis de las presentaciones y la generación de retroalimentación personalizada. La IA nos ayuda a evaluar aspectos como la entonación, velocidad, ritmo, volumen, claridad, pronunciación y contacto visual, entre otros”.

El proceso no está exento de complejidad. “La precisión y fiabilidad del análisis exige el desarrollo de algoritmos avanzados a los que hay que entrenar con una gran cantidad de datos. Por otro lado, la IA debe ser capaz de adaptarse a las necesidades de cada usuario, lo que añade una capa más de dificultad técnica, pero en verdad eficiente si hablamos de aprendizaje individualizado”.

Desde una perspectiva optimista, Del Portillo considera que la clave para que la IA se asiente de modo definitivo pasa por la transparencia y por demostrar cómo puede mejorar “significativamente” nuestras vidas. “El camino puede ser largo. Los miedos hacia la tecnología están arraigados en algunas partes de la sociedad. Hemos de continuar educando sobre los beneficios y el funcionamiento de la IA, garantizando la ética y seguridad en su uso para acelerar el proceso de aceptación”.

Democratizar (y modernizar) las consultas jurídicas

En esta línea, Leyre Pérez, CEO y cofundadora de EDJ XTECH LAW SCHOOL, opina que la manida frase: “No te quitará el trabajo la IA, sino quien aprenda a manejarla”, ya es una realidad. “No obstante, es importante comprender que la IA no es una solución mágica para todos los problemas. Implementarla con éxito requiere un entrenamiento específico, adecuado al caso concreto, y considerando capacidades y limitaciones”.

La empresa ha desarrollado la primera IA jurídica –ELIA DÍAZ JAMES– dirigida a startups y proyectos de base tecnológica. “El objetivo es cambiar el paradigma en el acceso a la consultoría jurídica”, señala Pérez. De manera gratuita, ELIA detecta riesgos legales en la gestión operativa y empresarial. La IA realiza un análisis interpretando distintas normativas. A continuación, ofrece recursos para solventar situaciones que no precisan de un abogado, o recomienda uno de la base de datos de la empresa especializado en la cuestión a tratar.

Pérez añade que startups con proyectos “sumamente disruptivos”, todavía se enfrentan a algunas barreras de la abogacía clásica derribadas por ELIA: coste, falta de conocimiento tecnojurídico, ausencia de digitalización en la experiencia de cliente… “Durante nuestro paso por La Nave nos dimos cuenta de que, además, existía la necesidad de obtener respuestas jurídicas rápidas y efectivas. Las startups no pueden permitirse esperar semanas hasta encontrar un abogado que les comprenda y contribuya a hacer a avanzar su proyecto. 9 de cada 10 startups fracasan, y de esas 9, 2 lo hacen por no gestionar adecuadamente aspectos legales”.

En esta labor, la empresa tiene por delante dos grandes retos:  “Por un lado, la confidencialidad de la información proporcionada por los clientes, un compromiso que, como profesionales del Derecho, tenemos asumido. Por otro, la responsabilidad por las respuestas que ofrece ELIA, lo que ahora mismo nos obliga a monitorizar cada conversación”.

Con una media de 12 conversaciones al día en ELIA, han detectando una tasa de acierto del 99%. “La ventaja es que ELIA está alimentada por nuestra propia base de conocimiento y sujeta a nuestra propiedad intelectual de 15 años de ejercicio profesional, con un prompt refinado y entrenado específicamente. De esta manera limitamos las alucinaciones y garantizamos la confidencialidad”.

Una movilidad más segura y eficiente

“Casos de uso positivos en la salud, la educación o la seguridad, pueden servir como ejemplos inspiradores que demuestren el potencial de la IA en el sector de la movilidad”. Marcos Godino, responsable de desarrollo de Negocio y Ventas en EVESTEL, alude a su proyecto estrella: EmotAI. “Es una solución capaz de identificar y comprender cómo impactan las emociones humanas en la actitud al volante. La idea es prevenir incidentes y accidentes de tráfico. También adaptar las características del vehículo para mejorar la seguridad y el confort del conductor y los pasajeros”.

Godino indica que los conductores que reaccionan con malestar o enfado ante aspectos adversos del tráfico, tienen un 30 % más de probabilidades de sufrir una colisión. “Aquellos conductores que no saben controlarse emocionalmente, o que son impacientes ante los errores de otros conductores, multiplican por 5 el riesgo de tener un accidente”.

La tecnología de EmotAI evita situaciones de peligro que pueden derivar en problemas mayores. “No solo mejora la seguridad, sino que también contribuye a una mayor eficiencia operativa si hablamos, por ejemplo, de la gestión de flotas de vehículos” (menos costes en reparaciones, primas de seguros y bajas laborales). Adicionalmente, es una solución que aumenta el confort y reduce las distracciones al volante. “Creamos un impacto directo en la disminución de las muertes en carretera y en la reducción del tiempo de inactividad de los vehículos profesionales”.

Todo este propósito está revestido por una IA que monitorea y analiza en tiempo real los datos relacionados con la conducción, los vehículos y el comportamiento de los conductores. EmotAI puede identificar patrones de riesgo, predecir posibles fallos y recomendar acciones preventivas.

Según Marcos Godino, entre los desafíos a los que tienen que hace frente está la integración de la IA con los sistemas existentes de gestión de flotas y la infraestructura tecnológica de las empresas. “Esto implica asegurar la compatibilidad y la interoperabilidad entre diferentes plataformas y dispositivos, así como garantizar la seguridad y la privacidad de los datos manejados por la IA”.

EVESTEL ya está inmersa en el paso al vehículo autónomo con el modelo de conducción Eco-Driving, promovido dentro de EmotAI. “Cumple con los exigentes estándares necesarios para la futura conducción autónoma”, asegura el emprendedor.

Experiencias a medida en cualquier lugar

La IA también ha desembarcado con fuerza en el terreno del ocio y el turismo. Un ejemplo es Taylor. Su CEO y cofundador, Juan Marco Dumont, explica que el proyecto ofrece una aplicación integral “para ser tu compañía en la ciudad”, diseñada para conectar con recomendaciones personalizadas en cualquier ocasión.

Impulsada por IA, la app muestra una amplia gama de lugares a la medida de cada usuario. “Nos aseguramos de que los usuarios siempre descubran el sitio perfecto sea cual sea la ciudad”. Dumont añade que Taylor aspira a convertirse en una plataforma omnicanal, donde el usuario pueda consultar opciones de ocio en tiempo real, elegir y reservar su experiencia.

La startup cuenta con un chatbot manejado por IA, además de otras funcionalidades como la integración de conexiones neuronales y coeficientes de impulso. “La IA es importante para nosotros tanto en el back-end, para poder alimentar la plataforma, como en el front-end. En mi opinión, la complejidad actual de la IA es que los procesos aún deben ser revisados por una persona para asegurar que la información que nos da es 100 % verídica”.