MÁLAGA. Los tiempos y los procesos de la innovación en salud no son equiparables al resto de sectores. Esta aparente obviedad no fue entendida en el primer boom emprendedor, una confusión que llevó a la desaparición de algunas startups prometedoras que no marcaron el ritmo de progresión adecuado.
Investigación, validación, regulaciones, seguridad, testeos, distribución. Los pasos que hay que dar son más y también más lentos, pero el momento actual es otro. El ecosistema ha asumido estas diferencias dentro de una realidad que no implica necesariamente una desventaja, e incluso puede resultar muy beneficiosa.
Representantes del ecosistema e-health han participado en Transfiere para aportar distintas miradas del actual momento en un área que multiplica retos y oportunidades sin bajar el pistón.
Las farmacias, elemento de cohesión
Jorge Guelbenzu, Digital & Innovation & eHealth Director en Cofares, explica que en la compañía –cooperativa de distribución farmacéutica número uno de España- han detectado que el paciente requiere de una cercanía en la que la farmacia cumple un papel imprescindible. “España es un país con más 22.000 farmacias. Por su capilaridad, son un elemento integrador de la salud. Sirven para aligerar un sistema público y privado cada vez más tensionado”.
Con la incorporación de políticas de innovación, en Cofares pretenden sobre todo acercar al paciente al resto de players del ecosistema: hospitales, farmacéuticas, aseguradoras… “Creamos un área de innovación trabajando con startups y partnerships; empresas que nos lleven a nuevas fórmulas”.
“Somos buenos en todo lo que tenga que ver con la farmacia, pero limitados a la hora de desplegar innovación” añade. “Por eso es importante unirse a determinados partners. La farmacia es un punto de referencia para nosotros. Un espacio de salud donde el farmacéutico ejerce un papel destacado como prescriptor, nos ayuda a testear el mercado. Eso también es innovar”.
Hace año y medio pusieron en marcha un hub de innovación para trabajar pilotos en base a distintos retos lanzados por Cofares. “No ha sido fácil, pero la experiencia acumulada nos permitirá llevar a cabo nuevas pruebas de concepto en 2023”. Algunas están en macha o han sido ejecutadas con éxito. “Podemos hacerlo de manera rápida y económica, y extraer resultados para determinar si merece la pena escalar un proyecto e introducirlo en el mercado”.
Guelbenzu se detiene también en una iniciativa de telemedicina rural liderada por Cofares. “Nos basamos en modelos militares para generar una estructura que permita a la administración pública y sobre todo al ciudadano acceder a la medicina al margen de donde esté ubicado.
El experto cree que el sector salud ha vivido un baño de realidad en los últimos años. “El e-Health fue el último en ponerse de moda y se le aplicaron los mismos parámetros que a otras startups”. Poco a poco se han establecido una pautas particulares, diferenciando las verticales del área. No es lo mismo emprender en medicamentos, que en prestar servicios a través de una app o desarrollar un dispositivo médico. “Lo que en una startup tarda en cristalizar 3 años, en e-Health pueden ser 15. Se trata de que la startup esté más cómoda y que el inversor entienda mejor la realidad de estos emprendedores”.
Pese a las barreras, Guelbenzu percibe que el ecosistema está madurando a buen ritmo. “El impacto que provocamos es muy satisfactorio. Todos los agentes trabajamos con ese objetivo. Es un campo lleno de oportunidades”.
Alianzas de largo recorrido
En Lanzadera –iniciativa de apoyo al emprendimiento de Juan Roig- entendieron que la salud era un área a la que merecía la pena poner un foco especial. En un hub específico, han cerrado acuerdos con empresas como Cinfa –que en Transfiere presentó CinfaNext, su iniciativa de innovación abierta- para favorecer el diálogo entre la startup y la gran corporación.
Ismael Valero, responsable de Lanzadera Corporate, detalla que no todos los emprendedores eHealth pueden permitirse esperar el tiempo que requieren los OK regulatorios. “Percibimos un giro. Antes se hablaba de paciente y ahora de ciudadanos en el abordaje de la prevención, el diagnóstico precoz y las nuevas técnicas de seguimiento una vez la enfermedad es detectada”.
En Lanzadera ejercen como nexo. “Tratamos de que la corporación esté bien preparada para recibir a las startups y al proveedor de innovación. Trabajamos con todas las unidades de negocio, más allá del departamento de innovación. La compañía en su conjunto debe ser receptiva a trabajar con ellos”. La aceleradora también fomenta la transferencia de conocimiento creando capas de negocio en áreas de investigación que complementen los progresos en el terreno técnico.
“Llevar a cabo un piloto o una prueba de concepto no tiene sentido si esa relación no se prolonga en el tiempo. El objetivo es que ambas tipologías de empresa ganen. Las corporaciones tienen hambre de conocer proveedores innovadores fuera de lo habitual. Hay mucho talento disponible”, indica Valero.
El papel del inversor
Santiago Lozano es gestor de fondos en Clave. Con dos décadas de experiencia a sus espaldas, actualmente manejan 160 millones de euros a través de distintos vehículos con la salud como eje central y una atención prioritaria hacia la transferencia de conocimiento (han creado fondos con la Universidad de Navarra y la Universidad Politécnica de Valencia).
“Conectamos a los generadores de innovación y conocimiento con los industriales con el proyecto en el centro. La idea es que las startups se conviertan en pymes e incluso en grandes grupos industriales”, señala Lozano. A su juicio, la intensa regulación del sector salud es más bien una oportunidad. “La hoja de ruta está mejor definida que en otros sectores. Sabemos qué quiere el mercado y jugamos con dos players fundamentales: el paciente, cuya calidad de vida mejoramos, y los usuarios prescriptores de lo que hacemos, conformada por la comunidad científico-médica. El tablero de juego está claro y es más sencillo identificar oportunidades de inversión”.
Entre las tendencias que moverán el sector en los próximos años, Lozano destaca la personalización de la medicina y una gestión inteligente de los datos. “La tecnología que maneja una startup puede ser maravillosa, pero quien manda es el mercado, y deben tener bien trabajada esta parte. Si no, quizá no sea el proyecto en el que merezca la pena invertir”. El experto augura un porvenir positivo porque hoy “la unión entre academia, industria e inversor es mucho más evidente”. Lozano cree que queda recorrido, pero “el camino es el adecuado”.
