En la era digital, la excesiva edición de las fotografías afecta de manera importante al color. La relación entre el color y las emociones –la llamada psicología del color– ha perdurado a lo largo de la historia; ahora más aún, ya que con los propios móviles, con unas aplicaciones cada vez más avanzadas, es fácil cambiar el ‘clima’ de la una foto y hasta su propio significado. De hecho el color puede ayudar a contar historias (visualmente) y ser utilizado para comunicarse a un nivel emocional. El siglo XXI, incluso con sus avances tecnológicos, ha demostrado que la aplicación de la teoría del color en fotografía sigue siendo una asignatura fundamental.
A pesar de su larga historia, la psicología del color aún es un ámbito en el que queda mucho por descubrir. Todavía hay muchos misterios relacionados con este ámbito y sobre cómo puede afectar científicamente a las personas. En este sentido, la teoría del color marca el camino para conocer mejor cómo una persona percibe o interactúa frente a un color determinado.
De forma resumida, la teoría del color es un conjunto de principios que sirven para elegir las mejores combinaciones de color. Esa relación armoniosa de color se puede representar de forma visual. Es lo que se conoce como círculo cromático. Dentro del círculo cromático hay dos gamas de colores, los cálidos (que expresan alegría, pasión o entusiasmo) y los fríos (que expresan relajación, éxito o profesionalidad). Ambas gamas son el fiel reflejo de que la psicología del color convive diariamente con nosotros.
Uno de los principales errores que cometen la mayoría de los fotógrafos amateurs es pensar que más color es mejor, o no darse cuenta de que demasiados colores, sobre todo colores que no siguen ningún orden ni patrón, hacen que las imágenes sean muy confusas. Aunque el color tampoco debe condicionarnos. Es decir, no hay que responsabilizar a un color del éxito o fracaso de una foto, sino que debe ser un complemento más.
Una buena combinación de colores jamás compensará un mala composición, pero sí que puede contribuir a que el resultado final de la foto sea espectacular. Idealmente, la ‘fórmula mágica’ (si es que realmente existe) de una buena composición cromática en una foto debería ser aquella en la que haya un color dominante y el resto de colores sean compatibles con ese color principal. Por eso, a la hora de escoger un encuadre es importante identificar cuál es el color dominante de la composición porque el resto de colores deberán combinarse de algún modo y tendremos que ser conscientes de la sensación que transmitiremos.
Para tanto los que se inician en la fotografía (digital, analógica o ambas) como para los que son más expertos, el libro ‘La magia del color en la fotografía digital’, de Gabriel Brau, se presenta como una gran oportunidad para descubrir la importancia del color como forma de expresión, comprenderlo para poder convertirlo en el auténtico protagonista de su imagen y aprender a manejarlo en el entorno digital.
El libro es una incursión en los entresijos del mundo del color. Con un lenguaje preciso y didáctico, el autor nos introduce en el mundo de la fotografía en color para abordar temas como el significado expresivo de los colores, la creación de sinergias, contrastes y armonías como parte de la teoría del color, la construcción de imágenes basadas en la sintaxis cromática, o la gestión y edición de imágenes en el entorno digital. Una obra indispensable para concebir de manera definitiva el mundo de la imagen digital en color. Sin duda, una guía más que recomendable.
Significado de los colores
- Azul: paz, tranquilidad, frío, armonía, limpieza, cielo y agua.
- Violeta: Realeza, nobleza, espiritualidad, misterio, floral y sabiduría.
- Rojo: Emoción, deseo, energía, calor, intensidad y pasión.
- Naranja: Energía, equilibrio, entusiasmo, calidez y vitalidad.
- Amarillo: Alegría, felicidad, optimismo, sol y amistad.
- Verde: Naturaleza, medio ambiente, salud, suerte, renovación y fertilidad