El pronóstico de los pacientes con insuficiencia cardiaca mejoraría notablemente y los costes sanitarios se reducirían a la mitad con la incorporación de la telemedicina. Ésta es una de las principales conclusiones que recoge un estudio liderado por médicos españoles y que se ha presentado en el Congreso Europeo de Cardiología, celebrado en Barcelona.
El estudio ICOR (Insuficiencia Cardiaca de Optimización Remota) ha sido coordinado por el Dr. Josep Comín Colet en colaboración con el Institut Català de la Salut, la Fundación Gol de Investigación en Atención Primaria y el Institut Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques (IMIM). En su desarrollo, se realizó un ensayo clínico a más de un centenar de pacientes elegidos al azar con dos subtipos de insuficiencia cardiaca. De ellos, algo menos de la mitad fueron atendidos mediante telemedicina, mientras que el resto recibió un seguimiento de atención habitual, es decir, el encuentro cara a cara con el médico.
Para calcular los costes se basaron en la asignación del coste total para evaluar los gastos directos de la actividad clínica. De esta manera, el grupo de telemedicina experimentó una significativa disminución neta media en los costes directos de 3.170 euros por paciente por cada 6 eses de seguimiento. Esta reducción estaba impulsada principalmente por la dismunicón relativa del 55% en el gasto asociado a las rehospitalizaciones.
Santiago Jiménez, uno de los autores del estudio, ha explicado que “la insuficiencia cardiaca es un problema de salud global, una pandemia en crecimiento porque cada año aumenta el número de casos, fundamentalmente entre las personas mayores de 65 años”. Sin embargo, “y aunque el manejo de estos pacientes desde unidades multidisciplinares, con apoyo de enfermería y con mucha educación sanitaria, aumenta la supervivencia, este subestudio demuestra que añadiéndole una plataforma de telemedicina se reduce el número de ingresos con un menor coste para el sistema sanitario”.
A través de videoconferencias y la monitorización a distancia de diferentes variables, la telemedicina aplicada a pacientes con insuficiencia cardiaca puede recoger de forma periódica y sin problema algunos datos importantes para el médico como la presión arterial, la frecuencia cardiaca o el peso. Finalmente, Jiménez también ha resaltado que los pacientes, que en este estudio tienen una edad media de 77 años “son muy mayores y el hecho de desplazarse hasta el hospital es un problema para ellos o para la familia con todo lo que conlleva el transporte, ya sea un taxi o una ambulancia, en el caso de que sea necesario. Y darles esta posibilidad, ahorra costes”.
Sobre la insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca (IC) es una condición que se produce cuando el corazón es incapaz de bombear a un ritmo normal con suficiente presión la sangre hacia las arterias para satisfacer las necesidades de oxígeno y de nutrientes del organismo. Esta incapacidad puede afectar a ambos lados del corazón (insuficiencia cardiaca derecha o izquierda). Esta disminución de la capacidad del corazón para mantener un rendimiento eficaz afecta de forma diferente a algunos órganos ya que no reciben la suficiente irrigación sanguínea. La dificultad de respirar, el aumento de peso y la hinchazón de tobillos, abdomen, pies o piernas por retención de líquidos o el cansancio excesivo son algunos de los síntomas más frecuentes de esta dolencia, que es crónica y más frecuente en personas mayores de 65 años.