La Universidad de Las Palmas y el análisis de la evolución del juego en baloncesto

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Investigadores de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria han estudiado la evolución del juego durante el desarrollo de un partido de baloncesto en función del marcador. Los resultados, obtenidos del análisis de más de 6.000 partidos de la NBA, podrían aplicarse al diseño de nuevos sistemas de entrenamiento destinados a la predicción de los cambios en el juego.

El estudio forma parte de una línea de investigación llevada a cabo por la Universidad de Las Palmas basada en el análisis del baloncesto desde la perspectiva de los sistemas complejos no lineales, como explica a este medio Yves de Saá Guerra, coautor del estudio, “lo que queremos averiguar es cómo funciona un partido de baloncesto”. Según el investigador, la mayor parte de los estudios realizados hasta la fecha consideran el partido de baloncesto como algo completamente aleatorio e impredecible. Sin embargo, el flujo del juego y las acciones de los jugadores evolucionan en el tiempo y se encuentran estrechamente relacionadas con el rendimiento. El estudio revela como la estructura del equipo durante cada jugada no permanece estable, sino que se modifica en sistemas autoorganizados pasando de una red de mundo pequeño, donde el problema se solventa con pocas interacciones entre los jugadores, a una red libre de escala, donde el flujo de juego se jerarquiza dando prioridad a los jugadores más importantes, “este proceso tiene lugar de manera continua y simultánea durante todo el tiempo de juego, y está regido por un parámetro de orden: el marcador”, señala el investigador.

La autoorganización de los equipos puede acentuarse en cualquier momento del partido, pero es en el minuto final donde ocurre con más fuerza, sobre todo en los partidos más igualados, “la mayor conclusión que podemos obtener es que en los partidos competidos, con una diferencia final de menos de 11 puntos, parece que los equipos tratan de luchar sólo para tratar de alcanzar el último minuto con la mayor ventaja posible, y además el último minuto, que es donde se deciden la mayor parte de los partidos, puede considerarse un partido completamente distinto con su propia realidad”, señala De Saá Guerra, comparando este punto con la “hipótesis evolutiva de la Reina Roja”, que plantea cómo las especies deben mejorar de forma continua  para mantener su estatus dentro del entorno en el que coevolucionan con otros seres vivos.

Las conclusiones obtenidas del este estudio defienden que el juego no tiene lugar de manera arbitraria, sino que se configura en función de un parámetro que marca la realidad de cada momento, “este fenómeno es lo que hace atractivo al deporte, la habilidad de los equipos de generar nuevos patrones de comportamiento, lo que podemos entender como creatividad”, señala el investigador. Las aplicaciones prácticas de este estudio se podría utilizar en el diseño de nuevos sistemas de entrenamiento, aumentando la capacidad de prever cómo afectaran los distintos cambios del partido al el juego y, al fin y al cabo, “cómo hacer que los equipos ganen el mayor número de partidos posibles”.

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