El equipo de la Universitat Politècnica de València (UPV) se ha proclamado ganador del concurso iGEM 2018, el certamen de biología sintética celebrado en Boston (Estados Unidos) en el que han competido un total de 343 instituciones de todo el mundo, incluidas las universidades como Harvard, Yale, Oxford, MIT, Cambridge, Imperial College de Londres, Columbia o San Diego, entre otros centros de prestigio.
Además del primer premio, el equipo de la UPV ha recibido cinco galardones especiales: Mejor Proyecto con Nueva Aplicación; Mejor Software; Mejor Hardware; Mejor Wiki y Mejor Modelado. Nunca antes ningún equipo español había conseguido un resultado como este. Hasta el momento, la mejor marca era la de la UPV de 2016, cuando obtuvo una medalla de oro y dos premios especiales.
El proyecto desarrollado por los diez alumnos de la UPV se llama Printeria, un artilugio del tamaño de una caja de zapatos capaz de imprimir en el ADN de una bacteria. Inicialmente está pensado como una poderosa herramienta didáctica, artística y como un sistema de automatización de procesos de laboratorio. Pero a medio plazo podría servir incluso para imprimir insulina en casa.
El mecanismo consta de un software, un hardware y un kit compacto de laboratorio. Es tan sencillo de manejar como una impresora doméstica. De hecho, cuenta con un sistema de carga de líquidos a la manera de cartuchos de impresora y, como ellos, se sustituyen por recambios cuando se agotan.
Según señala Roger Monfort, estudiante del Grado en Ingeniería Biomédica y líder de iGEM UPV, "la idea es que los profesores de instituto puedan tener uno en clase para que los alumnos pasen de la teoría a la práctica y aprendan in situ a modificar organismos genéticamente, empezando por lo básico: añadir fluorescencia a una bacteria o un aroma a menta”. “Y que, con ello, pierdan el miedo a la biología sintética".
Pero tiene más aplicaciones, tal y como afirma el investigador universitario.” Printeria permite al bioartista producir sus propias materias primas a partir de organismos vivos. En el bioarte se utilizan bacterias, tejidos, cultivos, etcétera como expresión de multitud de posibilidades creativas. La máquina que hemos desarrollado facilita y democratiza este tipo de arte experimental, puesto que pone al alcance de cualquiera materiales vivos y únicos".
Junto a Roger Monfort, componen el equipo otros nueve alumnos de diversas disciplinas (Biotecnología, Ingeniería Biomédica, Ingeniería Informática, Ingeniería en Tecnologías Industriales, Ingeniería Eléctrica y Bellas Artes): Adrián Requena, Carolina Ropero, Carlos Andreu, Tzvetelina Ilieva Anguelova, Marc Martínez, Alberto Coronado,Héctor Izquierdo, Blanca Madorrán y Joan Casado. Con ellos han viajado hasta Boston, la semana pasada, dos de los instructores del proyecto: la ecuatoriana Yadira Boada y el argentino Alejandro Vignoni, ambos doctores en ingeniería electrónica y de control por la UPV.