La vacuna experimental contra la enfermedad del Zika, aprobada este lunes por la FDA (Federal Drugs and Food Administration) de Estados Unidos, tardará entre tres y cinco años en llegar al mercado, ha asegurado Susana López Charretón, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la UNAM.
“Pasará ese lapso en el protocolo en humanos, ya que apenas van en la fase uno, que consiste en probarla en un pequeño grupo de 40 personas”, afirma. Falta la etapa dos, que supone aplicarla en cientos de individuos usando tanto la vacuna como un placebo. El tercer paso “requiere ensayarla en cientos de miles de sujetos, por ejemplo, de una isla o una ciudad completa que sea zona de riesgo, pero para entonces los científicos deben estar seguros de que no causarán daño alguno a los pacientes”, explica la viróloga.
Aunque los estadounidenses de las empresas Inovio y GeneOne han realizado la prueba en 40 voluntarios, con resultados exitosos, “esas fases obligatorias no garantizan que la vacuna sea un éxito en humanos, así que hay mucho camino por recorrer”, continúa López Charretón. En su opinión, la ruta que tomaron los vecinos del norte ha sido corta, mucho más de lo habitual. “Puede ser que vayan por el camino correcto, pero aún no lo sabemos; lo que queda claro es el apoyo que el gobierno de Estados Unidos tiene en este tipo de proyectos”, resalta
La vacuna experimental contra la enfermedad del Zika está considerada como “de nueva generación”, ya que utiliza un plásmido en vez de un virus, lo que puede atenuar sus efectos negativos. “Están usando ADN que codifica a un virus –dice López Charretón-. Es una opción muy prometedora e interesante, pues las vacunas de ácido desoxirribonucleico son menos riesgosas”.