De Argelia a Madrid, de Madrid a Kenia y de Kenia a Valencia, pero no del todo. La vida de Safia Benghalia ha sido un reflejo de su afán por conocer nuevos lugares. También por emprender. Con 24 años puso en marcha sus primeros proyectos, desde un hostel en Nairobi a varios negocios de hostelería también en la capital keniana, entre ellos un bar de tapas. Amiga íntima de Sheila Njoroge desde 2012, muchas veces conversaron sobre hacer realidad alguna idea conjunta. Esta posibilidad cristalizó en diciembre de 2021 con la apertura en Valencia de Lamu African Concept Store. La marca, que acaba de abrirse al comercio online, apuesta por la sostenibilidad y la economía circular para poner al alcance de todos piezas -bisutería, moda, complementos, hogar- hechas a mano por artesanos africanos.
“Después de vivir 10 años en Kenia, estaba obligada a traerme a España un trocito del que había sido mi hogar”, explica Benghalia a Innovaspain. La apertura de la tienda física de Lamu en Valencia fue la prueba de fuego para confirmar lo que ellas ya intuían. “Sabíamos que teníamos entre manos un producto de mucho valor y, sobre todo, original; es lo primero que nos dice la gente cuándo visita el local”.
Trendi y tradición
Bajo la premisa del slow fashion, las dos emprendedoras reinterpretan la artesanía africana y la conectan con los gustos de las consumidoras europeas. “Sin dejar de ser un trabajo de artesanía tribal, hemos intentado que el resultado tenga un punto muy contemporáneo. Vamos a caballo entre lo más trendi y la tradición. Quizá ahí radique nuestro secreto. Muchas tiendas venden en España producto 100 % africano, eso es indudable. La diferencia es que nosotras hemos pasado mucho tiempo allí y aquí, todo lo que ofrecemos pasa un filtro basado en entender muy bien a la clientela”.
Los artesanos con los que colabora Lamu están en el área de Kibera, en Nairobi. “Es una zona de talleres y trabajamos con casi todos, al menos la parte de bisutería”, asegura Benghalia. La cofundadora de la marca visita Kenia unas cuatro veces al año para preparar las nuevas colecciones. “Cuando estoy allí nos calzamos las zapatillas y pateamos el terreno. Nos sentamos con cada artesano, negociamos la parte económica, definimos los diseños… Hablamos de artesanía cien por cien rudimentaria”, añade. En las redes sociales de la marca es posible conocer mucho más sobre este proceso productivo.
“Preferimos hablar de economía circular que de comercio justo”
La firma promueve la sostenibilidad, la economía circular y el respeto al medio ambiente. En Lamu mandan los materiales reciclados y los subproductos de otras industrias. “Tenemos previsto incluir en la tienda online una sección donde sea posible acceder a la ficha del artesano que ha creado el `producto y profundizar en cada paso”.
Con los artesanos mantienen una relación en la que huyen del término comercio justo. “No es solidaridad, no les ayudamos, creemos mucho más en la economía circular. Lo que necesitan estos países es más relaciones comerciales y menos ayudas. Nos alejamos por completo de la imagen del que ayuda al pobre africano. Son gente con mucho talento y nosotros hacemos de escaparate. Todos ganamos, también el cliente. Podríamos fijar el precio de unos pendientes en 89 euros. Preferimos que cuesten 19, y que el artesano elabore 100 piezas en lugar de dos. Los intagibles son importantes: saber quién lo ha fabricado y cómo lo ha hecho Ofrecemos un lujo asequible”.
Compromiso y futuros proyectos
Otro de los objetivos de Lamu es tender nuevos puentes entre África y Europa. Las impulsoras de la firma publican contenidos divulgativos relacionados tanto con los rincones más espectaculares del continente como con la pura cotidianeidad. “Queda mucho trabajo por hacer para lograr una verdadera conexión con África”, afirma.
Con la tienda física “bien asentada”, en 2023 pondrán un foco intenso en el apartado online para llegar, “de momento”, a toda Europa. “Además, queremos crecer en B2B, ya que vendemos a otras tiendas, y participar en algún evento sectorial importante.
Hasta la fecha, Lamu no ha necesitado recurrir a capital externo. “Tenemos otros proyectos más a largo plazo en los que quizá tengamos que abrir esa vía”, señala Safia Benghalia. El más ambicioso, un hotel boutique en Valencia de temática africana. “Lo imaginamos como un espacio para dar a conocer toda la riqueza cultural de África, con un pequeño café que sirva café de Ruanda y dulces marroquís y donde desde los objetos de decoración hasta los muebles se puedan comprar”.