Las nuevas tecnologías como la realidad virtual se están asentando poco a poco en el día a día de las escuelas. Cada vez son más las aplicaciones que tienen a la hora de enseñar todo tipo de materias, pero también suponen una gran ayuda a la hora de evaluar cómo aprenden los alumnos. Precisamente, ése es el objetivo de Nesplora Aula School, una herramienta de realidad virtual que mide cómo procesan los estudiantes la información recibida en clase, identifica sus fortalezas y ofrece estrategias para que se beneficien de ellas.
El proyecto, desarrollado por la empresa vasca Nesplora, acaba de ser presentado en el Salón de Tecnología para la Enseñanza SIMO. Maite Redondo, responsable de la parte científica de este sistema, ha explicado que se trata de “una herramienta dirigida a centros escolares de primaria y/o secundaria que, mediante una prueba cognitiva en realidad virtual, proporciona información objetiva sobre el perfil atencional del alumnado”. Así, tras una evaluación de cada estudiante, “emite un informe fiable y objetivo del perfil atencional del alumno, con orientaciones psicopedagógicas en función del mismo”.
Para lograr estos resultados la herramienta ubica al alumno, gracias a gafas especiales dotadas de sensores de movimiento y auriculares, en una clase virtual donde tendrá que llevar a cabo, en 20 minutos, diferentes tareas que aportan la información necesaria para conocer su perfil. Una vez que reúnen todos estos datos, los docentes pueden conocer mejor las fortalezas de cada estudiante y aquellos puntos en los que conviene reforzar.
En concreto, los aspectos que se miden son la atención sostenida, la impulsividad, el procesamiento auditivo y visual, el rendimiento en ausencia y presencia de distractores, la actividad motora, la calidad del foco atencional así como la respuesta del alumno en la ejecución tanto de tareas estimulantes como monótonas. La prueba, que sirve de base para este sistema, ha sido ya testada con 1.500 alumnos en España y 35.000 a nivel mundial. Redondo ha subrayado que la idea es que esta herramienta, que puede administrarse a escolares de 6 a 16 años, en todos los cursos de primaria y secundaria esté “disponible el presente curso escolar”.
Detección precoz de problemas
Otra de las aplicaciones prácticas de este sistema es la de ayudar en la detección precoz de dificultades “de cara a evitar disfunciones en etapas posteriores y poder realizar una intervención temprana”, ha informado la responsable científica de Nesplora Aula School. En su opinión, si la prueba se administra a edades tempranas, “proporciona información sobre la capacidad atencional del niño, pudiendo detectar aquellos casos en los que la ejecución de la prueba está por debajo de lo que cabría esperar para su edad”. Así, cada vez que identifique algún problema por parte del estudiante, este sistema lo reflejará en sus informes de cara a la intervención de un profesional que determine si realmente existen dificultades o para establecer un diagnóstico.