El cambio climático afecta en mayor medida a las mujeres. Esta premisa es explicada en el informe “Cambio Climático y Salud” elaborado por el Observatorio de Salud y Medioambiente del Instituto DKV de la Vida Saludable, en colaboración con ECODES. El informe analiza el impacto del cambio climático en la salud y su relación con la pobreza, la equidad de género y la infancia, abordando sus consecuencias sociales negativas y revisando las acciones necesarias para hacer frente a estos impactos. Unas consecuencias que afectan en mayor medida a niños y mujeres.
En muchas regiones del planeta, las mujeres y los hombres no disfrutan de las mismas condiciones y son ellas las que más sufren la marginación económica, social y política: el hecho de que queden excluidas de la toma de decisiones y su limitado acceso a recursos financieros y materiales son dos de las razones que explican esta mayor vulnerabilidad de las mujeres al impacto del cambio climático.
Además, las mujeres constituyen la mayoría de la población donde se concentra la mayor cantidad de pobreza generada por factores relacionados con el cambio climático. En consecuencia, el cambio climático acrecienta especialmente el pico de pobreza y la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas pues se estima que alrededor del 60% de la población con desnutrición y hambruna crónica en el mundo son mujeres y niñas. “Si las mujeres que se dedican a la agricultura tuvieran el mismo acceso que los hombres a recursos productivos, el número de personas con hambre podría reducirse entre 100 y 150 millones”, explica el documento.
Por otro lado, pese a que el cambio climático afecta a toda la población mundial, los impactos de las enfermedades generadas por éste son distintos entre hombres y mujeres “debido a que ellas disfrutan de un acceso a los servicios médicos más limitado que los hombres”. Uno de estos impactos más destacados es la malaria: de las 50 millones de mujeres embarazadas que viven en países endémicos, alrededor de 10 mil mueren a causa de esta enfermedad.
Las mujeres también se enfrentan a otras barreras relacionadas con el mundo del trabajo que agravan el impacto que el cambio climático tiene sobre ellas: trabajan más horas a la semana sin derecho a un periodo de descanso, reciben salarios menores, tienen un acceso más limitado a sistemas de seguridad social y a medidas de salud ocupacional. La diferencia de ingresos entre hombres y mujeres varía entre el 30 y el 80%. “Este mayor impacto es especialmente significativo en el caso de mujeres que viven en áreas rurales debido a su difícil acceso a la propiedad y a la financiación, por lo que el cambio climático les afecta mucho más directamente”.
Las mujeres como agentes del cambio
Otra de las conclusiones del documento explica que luchar contra el cambio climático podría ser la mayor oportunidad del siglo XXI para lograr una gran mejora en materia de salud y bienestar social mundial. “Dentro de esta lucha, las mujeres deben de ser consideradas como principales agentes del cambio. Para ello, deben ser incluidas en la toma de decisiones y en el diseño de las políticas y la economía real y deben participar en las instituciones y colaborar en el diseño de las políticas, normas, instituciones, así como estrategias para contrarrestar la vulnerabilidad de la sociedad en su conjunto ante el cambio climático”.
Para consultar el Observatorio completo: https://dkvseguros.com/salud/instituto/observatorio/cambio-climatico-y-salud-2