Afrontamos el último cuatrimestre de este año y World Economic Forum le dedica especial atención a las tecnologías emergentes en este año, que ha sido el primero de ese quinteto que marcará, según decíamos hace unos meses, la vida del futuro. Está siendo un año intenso en innovación y, aunque casi nada es nuevo, sí que los avances a los que hemos asistido, o se apuntan, dibujan un panorama que ha levantado muchas expectativas; quizá demasiadas: estamos a las puertas de algo grande o entraremos en una especie de depresión colectiva de la que será difícil de salir.
Es evidente que no hay terapeutas para curar este tipo de depresiones colectivas. Frente a ello está siempre la creatividad y la superación y en esa línea están las tecnologías emergentes que cita el blog del WEF al que hemos hecho alusión. Por ejemplo, la nueva generación de baterías aborda un tema que viene siendo un reto desde hace años, como es el almacenamiento de energía y, naturalmente, nos referimos a la eléctrica, siempre motivo de pensamientos que rayan la ciencia ficción. Ya empieza a no serlo. Incluso su transporte está siendo estudiado y no digamos su producción. Es, evidentemente uno de los grandes retos, por no decir el mayor.
En segundo lugar destacan la robótica y la inteligencia artificial, tema al que le dedicamos uno de nuestros “brunch”. Hemos adelantado mucho en los meses transcurridos pero sigue siendo otro de los grandes temas de atención y por diversas razones, el primero relacionado con la sustitución de la persona por la máquina. Hay números para todo pero casi mejor no recordarlos; simplemente basta con ir paliando su efecto en el mundo laboral con nuevas profesiones, algunas de las cuales dicen los especialistas que todavía no las conocemos. Por lo pronto, en España faltan programadores y casi todo el mundo ingenieros, que es lo que manda en épocas tan tecnológicas.
Otro de las tecnologías emergentes citadas es el vehículo autónomo. No es de extrañar, los cambios de época que marcan las revoluciones industriales siempre vienen marcadas por cambios en la movilidad de las personas. La rueda siempre es señalado como el gran invento de la Humanidad; el tren en la Revolución Industrial que empieza a finales del XVIII; el avión posteriormente y, naturalmente, internet en la que estamos viviendo nosotros. No hace que las personas se muevan más rápido pero si la información. Y no es igual. Por eso esta Revolución Industrial, la 4ª según la gente influyente que se reúne en Davos, la revolución de “la montaña mágica”, está esperando ese invento que revolucione la movilidad de los humanos.
Pero para eso faltan otros dos elementos que forman parte de esas tecnologías emergentes. La primera, la cuarta en esta lista, sería la que está ligada a los materiales. Ligereza y resistencia son los dos retos que establecen en este sector. Puede ser el grafeno, pero puede ser otro cualquiera que está por descubrir.
Y como punto final queda la financiación de todos estos retos. Todo ello está detrás del blockchaim, que es lo haría seguro y universal la transacción económica. Es en lo que trabajan los que forman la “inteligencia” mundial. Por el momento no hay soluciones claras, pero está claro que sin el cambio en el sector financiero la nueva sociedad verá estrangulado su desarrollo.