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Las variables ambientales de los edificios se pueden monitorizar

edificios

Encender la calefacción sólo lo necesario o ventilar nuestra casa el tiempo preciso, pero no más. Éstas son algunas de las ventajas que puede aportar el sistema desarrollado por investigadores de la Universidad del País Vaso (UPV), que es capaz de de monitorizar las variables ambientales de los edificios y enviar información al usuario, o incluso a otra máquina para que actúe en consecuencia. Este avance, del que ya existe un prototipo, ha sido publicado por la revista Automation in Construction.

El objetivo del estudio es analizar herramientas basadas en plataformas Open Source y en el Internet de las cosas en el ámbito de la monitorización de variables ambientales de edificios. Como resultado, los investigadores han desarrollado el prototipo de un sistema que se sirve del uso de sensores, que miden aspectos como iluminación, consumo eléctrico o consumo de agua, y de actuadores como motores, relés o calefactores.

Uno de los principales retos, según los investigadores, ha sido superar las barreras existentes en el ámbito de la monitorización de edificios: falta de flexibilidad para necesidades específicas de medición, interoperabilidad entre los equipos y los altos costes de adquisición de los mismos. Para ello, ha explicado Alexander Martín-Garín, autor principal, “nos apoyamos en dos de las dos últimas tecnologías más destacadas en el ámbito Smart, las Open Source Platforms (OSP) y el Internet of Things (IoT). La primera de ellas nos permitió desarrollar un equipo de monitorización según las necesidades particulares del proyecto gracias a la libertad de desarrollo que permiten esas plataformas. Y la segunda, nos permitió gestionar la información que íbamos recopilando a tiempo real”.

Este último aspecto es, en opinión de Martín-Garín, el que permite optimizar el funcionamiento de diferentes procesos y otorgar información al usuario para que actúe por sí mismo o empleando la ‘inteligencia’ de los equipos para que actúen por sí solos. De esta forma se conseguiría que si, por ejemplo, la temperatura de la vivienda es inferior a 19ºC, el sensor esté programado para enviar una orden al sistema de calefacción y aumentar así la temperatura de la vivienda según nuestros gustos o necesidades.

Calidad de aire interior

La investigación que ha dado como resultado este prototipo también ha demostrado cómo la interacción entre el usuario y la vivienda es fundamental para lograr una buena calidad de aire interior (CAI). “Mediante el sensor de apertura de ventanas que se instaló se verificó cómo únicamente con 10 minutos de apertura se lograba alcanzar un buen nivel de CO2, que es uno de los indicadores más empleados en este tipo de estudios”, ha resaltado Martín-Garín. Las personas o los sistemas de combustión, como las estufas, se convierten en los focos de emisión más importantes y, si se superan los niveles recomendados, los usuarios pueden comenzar a experimentar incomodidad dentro de la vivienda con síntomas como dolor de cabeza, cansancio, falta de concentración, etc.