LatBionics: prótesis robóticas hechas en Perú y al alcance de todos

La empresa, fundada por el ingeniero mecatrónico Enzo Romero, diseña ortopedias que se adaptan a las necesidades de cada usuario a través del diseño digital y la mecánica
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Una de las prótesis robóticas de LatBionics sosteniendo una esfera.

Cuando Enzo Romero vio por primera vez Star Wars: El imperio contraataca, soñó con su futuro ideal. No lo maravillaron las naves espaciales o los brillantes sables de luz, sino la mano robótica que le colocan a Luke Skywalker después de haber perdido la suya. Romero, quien sufre de una ausencia congénita de esta extremidad, revistió este momento años más tarde, en 2016, cuando empezó a trabajar con el grupo de investigación de Mecatrónica de la Universidad Católica de Perú y ganó un fondo para construir una ortopedia que transfiriera sensación al antebrazo. “Nos dieron un fondo muy grande y pudimos importar motores y tarjetas”, cuenta por videollamada, usando una camiseta de la saga de ciencia ficción. Ahora ha simplificado ese complejo diseño para crear LatBionics, una pequeña empresa dedicada a la creación de prótesis robóticas de bajo coste y a medida.

“Esa película se rodó hace 50 años y eso se veía como el futuro lejano, es muy bonito pensar que eso está pasando hoy”, asegura Romero, emocionado al recordar que Mark Hamill, el actor que interpreta a Skywalker en las películas, felicitó su trabajo a través de Twitter. Esta experiencia le ha dado la visibilidad necesaria para labrar su futuro: el joven peruano ha sido elegido como uno de los ponentes de la próxima sesión internacional de charlas de TED en Vancouver, en abril. Sin embargo, la investigación le valió para mucho más. “Fui recabando información, no solo en lo que atañe a lo mío que es congénito, sino fijándome en la realidad nacional y regional sobre las amputaciones por otras razones”, cuenta a la hora de recapitular el origen de su compañía.

Según Romero, por la alta tasa de informalidad de su país un 70% de los trabajadores no tiene acceso a una prima de seguro que cubra los accidentes que causan la pérdida de extremidades superiores. “Para un trabajador es el peor escenario posible porque no cuentas con apoyo y, al no tener una industria nacional, los costes de importar una prótesis eran muy elevados”. Romero calcula que un empleado con salario mínimo en Perú (alrededor de 300 euros mensuales) tendría que trabajar durante siete años, sin gastos, para pagar el precio de una ortopedia, de más de 25.000 euros. Las suyas pueden costar menos de la mitad.

LatBionics ataca este problema trabajando en alternativas hechas en Perú y con bajo coste, pero también analizando cada caso desde todos los ángulos: sociales, económicos, ortopédicos y psicológicos. Romero insiste en que la pérdida de miembros superiores es mucho más que un problema de salud física, por eso la empresa cuenta con un terapista ocupacional y un psicólogo que evalúan a cada paciente que necesita una de sus prótesis robóticas, antes de empezar el proceso. La pérdida de un miembro por un accidente laboral puede incapacitar a un trabajador por años, según explica Romero. “Puede llevar meses superar el accidente, sin pensar en las otras consecuencias porque muchas veces estas personas son las que llevan el pan a casa”, lamenta.

Un proceso de adaptación a medida

Otro de los grandes desafíos a los que se enfrentan las personas que han perdido un miembro es que la producción industrial de prótesis no se adapta a sus necesidades. “Un candidato a usuario nos contó que le habían dicho que para darle un gancho, y hacerle un zoquete a medida, debía cortarse el brazo un poco más arriba por el tipo de amputación que tenía”. Romero se queja de que este tipo de exigencias suponen un mayor trauma sobre una persona que ya ha tenido que pasar por un procedimiento muy doloroso. La empresa del joven peruano diseña de forma digital las ortopedias de acuerdo con la condición de cada usuario y sus necesidades.

Además, una vez que la prótesis está lista, el usuario pasa por un curso corto de adaptación con la guía del terapista ocupacional. Es el caso de Alex, quien sostiene unos aros de espuma azules frente a la cámara del equipo de LatBionics. La empresa documentó todas sus sesiones de adaptación. Tras la pérdida de una extremidad superior, tareas como atar nudos se pueden convertir en un desafío de un día para el otro, por lo que estas victorias se celebran mucho en la empresa. Son el inicio de una nueva vida para los usuarios.

Sin embargo, Romero insiste en que el diseño a medida no puede ser solo físico. El trabajo que LatBionics hacer con cada usuario tiene mucho que ver con sus aspiraciones, expectativas y su estado de salud mental. “Hemos tenido el caso de un joven de 16 años que tuvo que esperar siete meses para mirar su amputación. Aceptar esto puede tardar mucho tiempo, por eso no aceptamos un usuario que no esté listo para ello”, insiste, consciente de que la tarea de su compañía es de una gran responsabilidad. Un claro merecedor de las palabras de Hamill: “La fuerza es potente en este”.

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