La inteligencia artificial (IA) y la economía del dato son dos de los motores principales de riqueza y competitividad de cualquier país. En España, se estima que la IA podría aumentar el PIB en un 1,2 % anual entre 2023 y 2030, generando 139.568 millones de euros al final del período. Expertos como Mario Draghi y Enrico Letta resaltan la importancia de la innovación y el uso de datos para lograr mayor prosperidad económica y competitividad global. Sin embargo, la adopción de IA en España es insuficiente y presenta grandes diferencias entre sectores, especialmente en pequeñas y medianas empresas (pymes), donde persiste una considerable brecha digital.
Aunque el objetivo es que el 75 % de las empresas adopten tecnologías como la IA para 2030, apenas el 11 % lo ha hecho hasta ahora. Las grandes empresas lideran el proceso, mientras las pymes enfrentan barreras económicas y tecnológicas que limitan su transformación digital. Existen también disparidades geográficas, donde las empresas de regiones más industrializadas tienen mayor acceso a recursos y personal cualificado, mientras que en zonas menos desarrolladas la falta de infraestructuras digitales y formación impide el avance. Esta brecha afecta la competitividad y cohesión económica nacional, y aquellas organizaciones que no se suban a este tren de innovación corren el riesgo de quedarse rezagadas, en un mundo cada vez más digital y automatizado.
Los centros tecnológicos, clave para la implantación de la IA en el tejido productivo
Los centros tecnológicos jugamos un papel fundamental en la superación de estas barreras. Desde nuestras organizaciones, lideramos iniciativas de IA y trabajamos de la mano con empresas, proporcionándoles de forma creciente, el apoyo necesario para implementar soluciones tecnológicas de vanguardia. Nuestra misión no solo es acompañar a la industria más avanzada (cerca de 29.000 empresas de forma anual), sino también trasladar este conocimiento y experiencia al conjunto del tejido empresarial. Asegurar que las pymes y empresas de regiones más rezagadas también puedan beneficiarse de las ventajas de la IA.
Uno de nuestros principales valores es que hablamos el mismo idioma que las empresas. Entendemos sus necesidades, sus inquietudes y sus retos. No solo proporcionamos tecnología, sino que ayudamos a adaptar estas soluciones a la realidad concreta de cada una de ellas. Además, con nuestra presencia en prácticamente todas las comunidades autónomas del país, estamos en una posición única para actuar como vertebradores del territorio a través de la innovación, fomentando un desarrollo más equitativo y ayudando a cerrar la brecha digital que afecta a diferentes regiones.
Una de las claves para lograr una mayor adopción de la IA es la formación. Es imperativo que las empresas entiendan los beneficios de estas tecnologías, pero también que conozcan ejemplos reales y tangibles de su implementación. Los casos de éxito que hemos experimentado en colaboración con grandes y pequeñas empresas demuestran que la IA no es solo una herramienta para gigantes tecnológicos, sino una realidad accesible y adaptable para cualquier tipo de organización.
La necesidad de superar el miedo y abrazar la innovación
Es comprensible que la implantación de la IA genere dudas o temores en algunos sectores. Tendemos a temer lo desconocido y en este contexto, la automatización, los cambios en los procesos de trabajo y la adaptación a nuevas formas de hacer negocio, pueden percibirse como amenazas. Sin embargo, el verdadero riesgo no es implantar la IA, sino quedarse atrás. En un entorno global cada vez más competitivo, aquellas empresas que no se sumen a la revolución digital corren el riesgo de perder relevancia y mercado, siendo superadas por competidores que sí han adoptado estas tecnologías.
Desde una perspectiva ética y de responsabilidad social, es esencial que dejemos de lado nuestros miedos y enfrentemos los desafíos que plantea. Los centros tecnológicos estamos aquí para facilitar este proceso, proporcionando las herramientas, el conocimiento y el acompañamiento necesario para que todas las empresas, independientemente de su tamaño o ubicación, puedan aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece esta tecnología.
En definitiva, la inteligencia artificial y la economía del dato son claves para la competitividad futura de España. Si bien la oportunidad es clara, aún queda mucho trabajo por hacer para garantizar que todas las empresas puedan beneficiarse de estas tecnologías. Los Centros Tecnológicos tenemos la responsabilidad y el compromiso de liderar este proceso, acercando la IA al tejido empresarial, reduciendo la brecha digital y asegurando que la tecnología se convierta en un motor de cohesión y desarrollo para todas las regiones del país. El futuro está en nuestras manos, y la IA es una herramienta imprescindible para construirlo.