Si alguien piensa que el estado de Colima (México) no puede dar pie a grandes ideas, es que no ha leído Pedro Páramo de Juan Rulfo. La novela que terminó por elevar al Olimpo de la literatura al escritor mexicano se desarrolla en la localidad colimense de Comala (20.900 habitantes). Y fue en esa misma región donde Katia Rivera, de 29 años, pudo ver cómo la tierra que pisó Juan Preciado para buscar a su difunto padre era ignorada por turistas y compatriotas. Lejos de quejarse, la psicóloga decidió desempolvar —y actualizar— un viejo proyecto de máster para convertirlo en una propuesta que pusiera en el mapa mundial a sitios fuera de la órbita del turismo de masas: Little Big Travels.
Katia Rivera aún no se acostumbra al frío primaveral que se percibe en los Alpes. Desde hace unas semanas vive en la zona de residencias del campus de Bluche de la prestigiosa Les Roches, una de las mejores universidades de dirección hotelera y turismo del mundo. En ese centro estudia un máster gracias a una beca que consiguió al ser una de las tres finalistas —todas las galardonadas son mujeres— del Hospitality Challenge, una competición de la Organización Mundial del Turismo (OMT) y Sommet Education (un grupo de formación hotelera y gastronómica). Los proyectos fueron presentados oficialmente el pasado 16 de abril.
Little Big Travels, cuenta Rivera, es producto de un proceso que tardó cinco años en consumarse. En resumen, se trata de un proveedor de viajes especializado en zonas rurales, pueblos y cualquier región alejada de los paquetes clásicos del todo incluido. La idea “sigue muy verde”, admite la mexicana, que ahora está concentrada en sacarle jugo a la gran oportunidad que se le ha presentado para culminar su preparación profesional. El turismo estuvo en su radar, pero desde el punto de vista de la psicología (la licenciatura que estudió en México, y en la se especializó en Italia). Sus trabajos de fin de grado y máster estuvieron enfocados en el estudio de la toma de decisiones. Ahora, con beca en mano, culminará su preparación consolidada como una de las promesas del sector.
Cuando se le pregunta por su vida —¿Siempre te han gustado los viajes?, ¿alguna experiencia que te haya marcado para concebir tu Little Big Travels?—, Rivera contesta, pero en seguida da un giro de timón a la conversación para que todo se concentre en la sustancia: el nuevo turismo. Ella está convencida de que debe haber “otro tipo de viajero, que no se preocupe de tomarse (hacerse) la selfie, sino de la huella que deja en el lugar que visita”.
No está sola. La forma en la que Rivera entiende al turismo pospandémico, es decir, más sustentable y abocado a las pequeñas poblaciones, se hace de más adeptos en el gremio. El pasado 22 de febrero, en entrevista con Innovaspain, el secretario ejecutivo de la OMT, Manuel Butler, incidía en esa idea: “El turismo es un fenómeno social. Lo hemos olvidado en los últimos decenios y nos hemos centrado en su componente económico”, señaló entonces. El cerebro detrás de Little Big Travels va un poco más allá. La mexicana, de plano, firma la esquela del turismo de masas antes de la covid-19: “Esa normalidad ya se acabó. Ya cumplió su ciclo”, remacha. El nuevo ciclo, como Juan Preciado en Pedro Páramo, puede pasar por lugares como Comala.