Iñigo Galdona asegura que los helados de su empresa Loco Polo esconden una sorpresa. "La gente no espera morder un polo y encontrarse con un producto relleno y cremoso". Este es el secreto detrás de los tres millones de euros facturados por la startup en el último ejercicio. "Todo el mundo se imagina el clásico pedazo de hielo con aromas de frutas, un concepto que hemos cambiado, haciendo que el momento de tomar un polo sea una experiencia placentera y sorprendente", asegura el emprendedor a este periódico.
Las buenas noticias siguen acompañando a Loco Polo en otro caluroso verano: ha cerrado en los últimos días una ronda de financiación por valor de dos millones de euros. Esta operación, liderada por un inversor americano que por el momento prefiere no salir a la luz, se ha realizado a través de una ampliación de capital que dotará a la empresa del músculo financiero necesario para que pueda llevar a cabo su importante plan de crecimiento y expansión, el cual comienza con una nueva apertura en el centro de Sitges.
Desde Loco Polo están convencidos que de cara a finalizar 2023 lograrán batir todos los récords tanto de producción y ventas y en el que, además, consolidarán su presencia tanto a nivel nacional como internacional. En los últimos seis años de actividad, Loco Polo había producido en torno a los dos millones de polos; en 2023 la compañía prevé aumentar la cifra hasta superar el 1,5 millones de unidades producidas en un solo año.
"No esperamos sustituir a los polos tradicionales. De hecho, este tipo de productos también están incluidos en nuestro recetario. Lo que queremos es ofrecer una experiencia y unas texturas distintas a las conocidas. Una persona a la que de verdad le gusten los polos, probablemente también le gusten nuestros productos ya que el concepto base es el mismo: paletas refrescantes de distintos sabores, con la diferencia de que los Polos Locos cuentan con un extra de cremosidad y muchas más variedades de sabor", detalla Galdona.
Oier Almandoz e Iñigo Galdona, fundadores de Loco Polo.
Los buenos resultados de la compañía se sostienen principalmente en su amplia presencia en España, donde quieren ampliar aún más su presencia y contar con alrededor de 350 puntos de ventas entre tiendas, Pop-Ups y Mini Corners. Todos estos emplazamientos supondría un crecimiento del 108% respecto al ejercicio anterior, lo que da buena muestra de la gran aceptación de sus innovadores polos.
Del obrador donostiarra a Omán
"Todos nuestros polos se producen en un obrador propio utilizando técnicas artesanales de inspiración donostiarra. El uso de esta técnica nos permite obtener una textura ligera y cremosa que, acompañada de materias primas 100% naturales, sin conservantes ni colorantes conseguimos el auténtico y exclusivo sabor Loco Polo", explica Galdona.
La empresa ha puesto en marcha la apertura de un espacio pop-up en Omán, lo que representará su primera incursión fuera de las fronteras de Europa. Este nuevo emplazamiento permite a Loco Polo crecer en un mercado de enorme recorrido como el Golfo Pérsico. De cara a los próximos 3 años, prevén invertir en torno a los dos millones de euros para consolidar y aumentar su presencia en la región.
Aun así, Galdona anticipa que "nuestro objetivo principal de aquí a final de año no es crecer de forma desmesurada, sino terminar de establecernos para poder replicar este modelo de negocio fácilmente en 2024 y ser capaces de llevar Loco Polo a prácticamente cualquier parte del mundo". El objetivo, fuera de las cifras, es convertir a la marca en atemporal, que no base gran parte de sus ventas únicamente en la estación veraniega. Para ello están desarrollando Locobó, un bombón helado bañado en chocolate y con opción de toppings, que estará disponible en 21 sabores, y nuevos productos de chocolatería. "Esto nos permitirá vender a lo largo de todo el año e introducirnos en sectores más premium", concluye Galdona.