El futuro de la educación superior se debate en Madrid esta semana. Los próximos 13, 14 y 15 de octubre, Global Education Forum reunirá a 115 ponentes repartidos en 25 mesas de debate y 15 keynotes. En la cita, organizada por la Universidad Camilo José Cela (UCJC), participarán más de 30 universidades de todo el mundo con representación destacada de instituciones de primer nivel como la Universidad de Harvard. Tres días para la disrupción y para generar una comunidad que mantenga viva la llama de la reflexión de ahora en adelante.
La semilla del Global Education Forum fue plantada hace diez años por la Institución Educativa SEK. En aquel momento, pusieron sobre la mesa las grandes transformaciones que necesitaba el sistema educativo preuniversitario. “Veíamos que el sistema educativo tradicional empezaba a ser un anacronismo y que los chicos y chicas cada vez reclamaban más formas de aprender que realmente conectaran con sus estilos de comunicación y de ser”, explica a Innovaspain Nieves Segovia, presidenta de la institución Educativa SEK.
Para Segovia, especialmente en educación superior, las decisiones personales de los alumnos cada vez tienen más peso. “Existen leyes que debemos seguir, obviamente, pero gran parte del cambio nace de la voz y las inquietudes del alumnado. El educativo es uno de los sectores donde menos atención se ha prestado a la opinión de los propios usuarios. En un momento en el que todos hablamos de experiencias y de transformación, es también hora de escucharlos más”, añadía.
El manifiesto
Al comienzo de la pandemia del COVID-19, en la Institución Educativa SEK dieron forma a un think tank del que forman parte más de cien expertos. Fruto de estos 20 meses de reflexión, ha visto la luz un dodecálogo, el Manifiesto Global Education Forum. El documento será compartido con el conjunto de la comunidad educativa nacional e internacional en las jornadas de Madrid, y que esperan que sea enriquecido más allá de esta cita, en otras reuniones importantes marcadas en rojo en el calendario.
“Hace mucho que pensamos que las cosas iban a cambiar”, señala a este periódico Emilio Lora-Tamayo, rector de la UCJC. “La pandemia ha puesto más de manifiesto si cabe la necesidad de transformación del sistema universitario. También la obligación de responder a la sociedad del tercer milenio”.
Pero, ¿en qué puntos urge intervenir con mayor determinación? El rector opina que son varios los desafíos que no pueden esperar. “Los campus han de superar su dimensión física y diseñarse desde una perspectiva abierta, interactiva e híbrida, cuya necesidad y eficacia ha quedado demostrada durante la emergencia sanitaria”.
Para Lora-Tamayo, la universidad del futuro será más digital, flexible y personalizada. “Un espacio innovador de generación de conocimiento y de nuevas profesiones; más abierta, colaborativa e internacionalizada. La universidad tiene que jugar un papel estratégico en la competitividad de los países y en la construcción de una sociedad avanzada, sostenible y de progreso”.
El máximo responsable de la Universidad Camilo José Cela no oculta que las universidades tienen la obligación de asumir distintos compromisos. Entre los más inmediatos, desarrollar programas encaminados a la conservación del medio ambiente y la diversidad. “La situación disruptiva en que nos encontramos, provocada principalmente por el SARS-CoV-2, ha acelerado nuestra reflexión sobre el futuro de la educación y cómo enfocar la transformación mirando de frente a las necesidades de la sociedad”.
Ambiciones globales
Lora-Tamayo recuerda que la vocación del Global Education Forum es crear una comunidad de innovación en torno al hecho educativo a lo largo de toda la vida. “El manifiesto recoge desafíos a escala global; las fortalezas y las asignaturas pendientes en los ecosistemas universitarios. Cada país e incluso cada continente pueden reflejar resultados muy diversos”.
Es por ello que el manifiesto trata de elevar el debate a escala global y trascender particularidades. “Hablamos de Educación con E mayúscula, donde el alumno se sitúe en el centro; basada en un aprendizaje personalizado, contenidos multidisciplinares y capacidad para promover tanto el compromiso cívico como el espíritu emprendedor y el humanismo tecnológico a través de itinerarios creados conjuntamente”, apunta el rector.
El futuro en juego
Lora-Tamayo aboga además por una educación superior capacitada para formar a sus alumnos en habilidades y herramientas ajustadas al mercado laboral. “Será necesario adquirir capacidades como la creatividad, el espíritu crítico, la resiliencia, el trabajo en equipo o el compromiso social”.
“La universidad tiene que ganarse ese espacio”, insiste el rector, “entender a la sociedad y cuáles son las nuevas oportunidades en un mercado de trabajo que presenta no pocos desafíos”. La institución, según Lora-Tamayo, debe ser capaz de mantener su relevancia o reinventarse.
En esta ruta, Lora-Tamayo destaca el papel de la universidad como un espacio que enseña a pensar, analizar y criticar. “Defendemos que la universidad se aleje de la invasión de ideologías únicas que sólo admiten aquello que se filtra por imposición de unos dogmas que desprecian el soporte intelectual. Debemos estimular, alentar y permitir la libertad y el análisis crítico fundamentado, no sesgado”.
