El próximo 25 de septiembre, el Parlamento Europeo será el anfitrión de Women in Science, una jornada de reflexión sobre el papel de la mujer en la ciencia. El evento está organizado por el grupo parlamentario de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D) y tiene como objetivo destacar y resaltar la importancia de incluir la perspectiva de género en el Programa Marco Europeo de Investigación, Horizon Europe.
Inaugurada por Carlos Moedas, Comisario Europeo de investigación, Ciencia e Innovación, la jornada contará con participación española de primera línea, empezando por su organización, en la que ha estado involucrada la eurodiputada Soledad Cabezón. Ángeles Heras, Secretaria de Estado de Universidades, Investigación, Desarrollo e Innovación; Rosa Menéndez, presidenta del CSIC; Lina Badimon, directora del Centro de Investigación Cardiovascular (CSIC- ICCC); la eurodiputada socialista Iratxe García Pérez y Lorena Fernández, directora de identidad digital de la Universidad de Deusto y mentora Inspira STEAM, completan la representación.
Hablamos con esta última, invitada a participar en el primer tramo de la jornada –“Access to higher education science”– tras el éxito de la conferencia ¿Sueñan los androides con ovejas machistas? que impartió en el congreso Innova Bilbao, donde la ingeniera informática expuso las implicaciones de futuro y presente que puede tener la ausencia de mujeres en el diseño y desarrollo de la tecnología.
En opinión de Fernández, los algoritmos opacos están empezando a controlar nuestras vidas. Aunque hemos asumido que tras toda interacción cotidiana hay proveedores que emplean sistemas automatizados de análisis de datos para tomar decisiones que nos afectan, aconseja meditar sobre la gravedad de estas implicaciones. “Nos sumergen en burbujas ideológicas que transforman cómo miramos y vemos el mundo. Si esos algoritmos están heredando los sesgos de la sociedad de la que aprenden, además de corregir esa sociedad, también deberíamos corregirlos a ellos para que no reproduzcan y profundicen esos sesgos”, añade Fernández, que pone como ejemplo el ‘aprendizaje’ sesgado de herramientas como Google Translate, del que son responsables los propios usuarios.
La directora de identidad digital de la Universidad de Deusto prefiere abordar la problemática del escaso acceso femenino al ámbito STEAM desde una perspectiva amplia. “Nos enfrentamos a una tubería que gotea por muchos sitios, lo que provoca que perdamos talento femenino durante todas las etapas vitales”. Una fuga múltiple que no se repara con un solo parche. “Hay agujeros en los juguetes, en la educación formal e informal, en los medios de comunicación, en las series y películas…”, explica Fernández, especialmente preocupada por un problema añadido: la ausencia de referentes. “Mujeres científicas de ayer y de hoy, que haberlas “haylas”, pero soportan sobre su espalda el “superpoder” de la invisibilidad”, pese a que todos los estudios relacionan el contacto con modelos de referencia en ciencia y tecnología con el interés de las niñas por estas materias.
Considera que otro frente sobre el que urge intervenir es el de los estereotipos asociados a esas carreras (personas asociales o frikis) e invita a la comunidad científica a elaborar un discurso que conecte con mejor con la gente joven. “Tenemos que enseñarles que con ciencia y tecnología se crea, se inventa y se participa de manera decisiva en todos los ámbitos de la vida. Sheryl Sandberg dijo en una ocasión que «cuando escribes una línea de código, puedes afectar a mucha gente». Es por eso que la mitad de la humanidad no se puede quedar fuera del diseño de algoritmos que modelarán nuestra sociedad futura”.
Soluciones
Consciente de las dimensiones del problema y de la tarea que hay por delante para revertir la situación en todas las etapas (niñas, jóvenes, adultas), Fernández cree que un buen comienzo pasa por “repensar los mensajes (los nuestros y los que lanza la ficción) que enviamos a nuestras niñas para no menoscabar su confianza; ofrecerles referentes tanto en los libros como en el día a día no sólo de mujeres brillantes, también cercanas; mejorar la conciliación; revisar las premisas de las promociones profesionales o evitar prácticas como el mansplaining, que hacen que las mujeres se sientan solas en un mundo de corbatas…Hay tanto por hacer”.
El horizonte no es del todo sombrío. Fernández percibe que en España se están llevando a cabo muchos proyectos para paliar estos problemas con diferentes enfoques e intentando corregir, o al menos reducir, problemas concretos. Ha detectado que esas iniciativas no siempre se coordinan y muchas se desconocen, un incentivo para ponerse manos a la obra y elaborar un directorio que ya acumula 90 registros –y subiendo- dentro de su blog para poder localizarlas por ubicación, tipología y objetivos. Su ‘antecesor’ fue otro listado, en este caso de mujeres tecnólogas relevantes de la Historia “por si resulta de utilidad como material educativo”.
Deusto, una referencia
Hace cinco años, la Universidad de Deusto puso en marcha el Premio Ada Byron a la mujer tecnóloga. El galardón, de ámbito estatal, persigue fomentar las vocaciones femeninas en el campo de la investigación y el desarrollo tecnológicos, prestigiar la importancia de la tecnología o pone en valor las aportaciones a la Humanidad que ha supuesto el trabajo de muchas mujeres.
Cinco ediciones en las que han sido premiadas Montserrat Meya, experta en inteligencia artificial y traducción automática; Asunción Gómez, investigadora en las denominadas «tecnologías semánticas»; Nuria Oliver, experta en big data; Regina Llopis Rivas, doctora en Matemáticas Aplicadas a la Inteligencia Artificial por la Universidad de California Berkeley y María Ángeles Martín Prats con una trayectoria destacada en el sector aeronáutico.
Llegó un momento en que decidieron ir un poco más lejos con un nuevo proyecto, “el que más alegrías y satisfacciones me está dando”. Inspira STEAM, del que Fernández es mentora, pretende fomentar vocaciones científico-tecnológicas entre las niñas a través de acciones de sensibilización y orientación impartidas por mujeres profesionales de estas áreas.
Una propuesta pionera en Euskadi (ha llegado después a Madrid y Barcelona) que utiliza por primera vez el mentoring grupal en una iniciativa de impulso STEAM, aplicado durante seis sesiones en horario lectivo. “Buscamos la cercanía, y que niños y niñas pregunten directamente directamente a los protagonistas; también concienciar sobre la necesidad de que el desarrollo del país se produzca entre hombres y mujeres, visibilizando y poniendo en valor a las mujeres tecnólogas y dando a conocer los estereotipos existentes para que no condicionen la elección de estudios. En definitiva, inspirar a cada niña para que elija en libertad lo que quiere ser” ya que, como diría Mae Jemison, «nunca permitas que la imaginación limitada de los demás te limite», señala Fernández, que no olvida el subidón que le dio el día en que todas las niñas del aula la dibujaron durante una de las actividades del programa. “También sentí responsabilidad tras ser consciente de que me había convertido en su referente”.