Los alumnos de Smartick en Latinoamérica se cuadruplican en los últimos dos años

El aumento de suscripciones ha sido especialmente rápido en Argentina y Colombia
Smartick, educación, matemáticas, Latinoamérica

Desde que Smartick salió al mercado en 2011, 9.000 niños de América Latina han pasado por su método para aprender matemáticas online de forma personalizada en sesiones de 15 minutos al día en el PC o la Tablet.

De hecho, en los dos últimos años, de media, la cifra de suscripciones en la región se ha cuadriplicado, aunque en algunos países el crecimiento ha sido aún más rápido. En Argentina, el número de alumnos se ha multiplicado por siete, mientras que en Colombia se ha quintuplicado.

Estos países han llevado a cabo importantes programas de mejora de la calidad educativa que han podido contribuir a una mayor preocupación por mejorar en matemáticas a través de la tecnología. Ejemplos de ello son el proyecto Escuelas de Futuro del Ministerio de Educación de Argentina para fomentar el aprendizaje, la creatividad, la investigación, la colaboración y las nuevas tecnologías, y el programa colombiano Computadores para Educar, que se basa en la entrega de equipos tecnológicos a instituciones educativas públicas, bibliotecas y casas de la cultura para garantizar el acceso a los alumnos con menos recursos.

En lo que va de 2017, destaca el aumento del número de niños que practican el método de esta startup española en Perú, donde hay un 50 por ciento más que a principios de año, y México, donde el alza es del 85 por ciento. Este último es el país latinoamericano donde más alumnos aprenden matemáticas con Smartick; en concreto, la mitad de los niños de Latinoamérica que mejoran sus habilidades con los números a diario a través de esta herramienta son mexicanos.

Además de los países anteriores, la compañía española opera también en Chile, Panamá, Uruguay, Costa Rica, Bolivia, República Dominicana, Ecuador, Brasil, Venezuela y El Salvador.

Esta metodología se basa en el desarrollo de la capacidad de cálculo, lógica y resolución de problemas de forma personalizada gracias a la inteligencia artificial que adapta los contenidos en tiempo real al nivel de cada niño.

“La clase Smartick se va haciendo cada vez más diversa en el mundo, algo que nos enorgullece porque nacimos con vocación global, exactamente como las matemáticas, que son un lenguaje universal”, afirma Javier Arroyo, uno de los fundadores.

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