La presencia en el intestino de algunos compuestos químicos procedentes de la dieta y de la microbiota guarda conexión con la aparición de enfermedades inflamatorias intestinales como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Así lo pone de manifiesto un estudio internacional en el que han participado investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). El trabajo, publicado en la revista Cell, abre nuevas perspectivas para entender estos procesos y el desarrollo de futuras terapias
Las enfermedades inflamatorias intestinales afectan a más de 2,5 millones de personas en Europa y tienen difícil tratamiento. Sin embargo, los estudios epidemiológicos sugieren que sus causas no sólo hay que buscarlas en la genética, sino que también intervienen otros factores. En concreto, este estudio cree que detrás de algunas de estas dolencias estaría la presencia en el intestino de algunos compuestos aromáticos heterocíclicos que presentan un anillo de oxazol en su estructura.
Para llegar a esta conclusión, los científicos han evaluado la actividad de diversos compuestos que contienen estructuras de oxazol sobre células y sobre modelos animales. Compuestos químicos entre los que hay componentes de alimentos, productos de uso agrícola y derivados de las microcinas, producidas por las bacterias del sistema digestivo, y una de las cuales puede producir la bacteria E. coli.
De esta forma, los resultados del estudio han demostrado que algunos de estos compuestos desencadenan un proceso inflamatorio que altera la respuesta inmunitaria, a través de una serie de mecanismos biológicos, y que puede ser significativo en el desarrollo de la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn en humanos. Según el investigador Amadeu Llebaria, “el trabajo abre muchas y nuevas preguntas. El hecho de que los derivados de las microcinas, producidas por la microbiota intestinal, estén ligados a la inflamación enlaza con los numerosos estudios que apuntan al papel que tiene la microbiota sobre el sistema inmunitario en el desarrollo de enfermedades”.
ACTIVACIÓN DE LA ENZIMA IDO-1
Otro aspecto destacado por los científicos es que uno de los mecanismos desencadenados por estos compuestos oxazólicos que conducen a la inflamación, es la activación de la enzima IDO-1. Un dato revelador en opinión de la también investigadora Carme Serra, “porque numerosos cánceres poseen una alta actividad de IDO-1 y la inhibición de esta enzima se está investigando en inmuno-oncología en nuevas terapias contra diferentes tipos de cáncer en combinación con anticuerpos”.
No obstante, a pesar de las expectativas, estos tratamientos no han mostrado eficacia. “Muchos ensayos han fracasado en fases clínicas muy avanzadas por causas desconocidas. El descubrimiento de que estos compuestos con oxazol, que pueden estar llegando a través de la dieta y de la microbiota, están activando la enzima IDO-1 podría tener su relevancia en la baja eficacia de las inmunoterapias combinadas en algunos pacientes. Son factores cuya influencia no se conoce bien, que no se controlan y que pueden ser determinantes en los tratamientos clínicos”, ha concluido Llebaria.