El ingeniero ambiental cubano Yociel Marrero Baez tiene claro que su país vive un momento crucial. “Estamos en el último asiento del último vagón del último tren”, afirma. Por eso existe “la obligación de hacer las cosas bien. “De como nos vayamos a redefinir como consumidores (porque, en contra de lo que muchos creen, a los cubanos nos gusta consumir) dependerá la economía del futuro”.
En su intervención ayer en NESI Forum, bajo el título ‘Cuba: laboratorio ideal para las nuevas economías’, Marrero ha apostado por “deconstruir los imaginarios” más típicos (el Che, el ron, el tabaco… incluso las mulatas) y profundizar en cosas “más justas y correctas”. Por ejemplo, en idas como las nuevas economías y el consumo sostenible.
“No podemos repetir los errores que muchos cometieron hace 100 años”, señala. Y es que “el mundo de hoy no atraviesa un buen momento”, lo cual “es un gran problema, pero también una gran oportunidad”. “Tiremos las paredes, pero no los cimientos”, propone cuando enmarca la mirada en Cuba.
Hay que “ser prácticos” porque los cubanos están “hartos de tanto bla, bla, bla”, ha señalado este representante de la Fundación Antonio Núñez Jiménez de la Naturaleza y el Hombre. La isla (que ha vivido una economía fuerte de mercado del 30 al 60 y un posterior régimen comunista) atraviesa en la actualidad un “punto de riesgo serio”. El objetivo debe ser hacer un “modelo” sobre la prosperidad.