El móvil que llevamos encima no solo sirve para mandar WhatsApp, comunicarnos con nuestros amigos y familiares o hacer negocios. En conjunto, los móviles son una potente herramienta predictiva en manos de expertos, denominada datos móviles, porque dejan una huella que permite saber, por ejemplo, cuánta gente ha estado en un determinado lugar en un momento concreto.
Son una herramienta de valor incalculable a la hora de cuantificar variables, mucho más rápida que la forma tradicional de hacer estudios mediante cuestionarios. Los datos móviles son las bases estadísticas de la era digital, con millones de datos disponibles a los que se puede sacar mucho partido, sin vulnerar la intimidad de los usuarios, ya que se manejan datos colectivos de las llamadas y mensajes encriptados.
Sobre este uso de los datos que proporcionan nuestros móviles y su enorme utilidad para predecir pandemias o medir la pobreza, habló el pasado viernes la alicantina de proyección internacional Nuria Oliver, directora de Investigación en Ciencias de Datos en Vodafone, en el encuentro 100xciencia2, que se celebró en Alicante los pasados 2 y 3 de noviembre y que reunió a los directores de los Centros y Unidades de excelencia Severo Ochoa y María de Maeztu.
Con el título “Big mobile data for Social Good: opportunities and challenges”, Oliver ha destacado las ventajas de utilizar grandes cantidades de datos agregados para lograr un impacto social positivo y tomar mejores decisiones. “En particular me centro en los datos capturados por la red de telefonía móvil, con los que llevo trabajando diez años. Esta información nos permite, por ejemplo, caracterizar la movilidad de la población y el número de personas en una región determinada. Esto es útil cuando hay un riesgo de pandemia, por ejemplo, para tener estimaciones más precisas de su propagación, o dimensionar mejor la ayuda en desastres naturales y las personas afectadas”, precisa.
Oliver calificó los datos móviles como “una oportunidad sin precedentes en nuestra historia como especie, porque este tipo de cuestiones de gran escala sobre el comportamiento humano no las hemos podido contestar cuantitativamente hasta ahora, porque había que hacer cuestionarios o encuestas y no se pueden repetir con mucha periodicidad. En la actualidad, gracias a la tecnología y existencia de datos móviles sobre el comportamiento humano abordamos este tipo de problemas de forma mucho más eficiente”.
Retos pendientes
Sin embargo, Nuria Oliver advierte que aún hay una serie de obstáculos que salvar al utilizar los datos que proporcionan los móviles. “Desde el punto de vista técnico, aún tenemos que entender cómo de representativos son los datos obtenidos. Combinar diferentes fuentes, como movilidad, localización de clínicas si es un caso de salud pública, añade complejidad, y hay que comprobar si estos datos tienen sesgos”, destaca.
Otros retos son trabajar en tiempo real, para aumentar el valor de los datos y “entender que muchas veces lo que estamos encontrando son relaciones de correlación y no de causalidad, por lo que hay que hacer un análisis riguroso y no sacar conclusiones apresuradas de causa efecto”, apunta Nuria Oliver.
Finalmente, se refirió a las barreras con las que se enfrenta esta nueva tecnología, “hay gran brecha aún en la capacidad para analizar estos datos móviles, porque somos una minoría los que podemos hacerlo”.
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