En la actualidad, nadie duda de la importancia del dato para las organizaciones y son considerados como un recurso esencial para el crecimiento económico, la competitividad, la innovación, la creación de empleo y el progreso social en general. Entre otros beneficios, disponer de datos de calidad permite tomar mejores decisiones, concebir nuevos productos y servicios basados en el dato, disminuir los costes de puesta en producción o mejorar el entrenamiento de los algoritmos de Inteligencia Artificial.
La mayor parte de las organizaciones han situado la digitalización de sus procesos en los primeros puestos de sus prioridades estratégicas para poder acceder a datos de calidad, asegurando que estén disponibles de forma segura y en el momento preciso. Sin embargo, estos esfuerzos aumentan exponencialmente cuando es necesaria la intervención de los actores de una cadena de suministro y más aún si hablamos de una cadena de valor en donde no hay un actor dominante que pueda imponer las reglas comunes.
Las organizaciones suelen dar acceso a los proveedores a sus sistemas internos o crean una nube conjunta, pero esto conlleva un alto coste para ambas partes. A esto se suman la falta de interoperabilidad y estándares, las preocupaciones sobre el cumplimiento legal o los riesgos percibidos en materia de seguridad, ética y reputación. Todo ello se complica al querer involucrar a toda la cadena de valor: empresas, proveedores, intermediarios, usuarios finales, administraciones públicas, etc.
Los espacios de datos ofrecen unos mecanismos estandarizados de acceso y gobernanza de los datos, impulsando la creación de un ecosistema donde diversos actores comparten datos de manera voluntaria y segura dentro de un marco estructural y legal acordado. En ellos los proveedores mantienen la soberanía sobre los datos que aportan, gracias al establecimiento de políticas de uso y acceso, y a mecanismos para garantizar la identidad de los usuarios. Por tanto, el espacio de datos ofrece un conjunto de servicios homologados para desplegar esta política de acceso y garantizar su cumplimiento.
Un último aspecto que destacar es la independencia de la infraestructura, es decir, los espacios de datos se pueden desplegar sobre instalaciones privadas o sobre las de un hyperscaler, siendo prácticamente inmediato el traspaso de una a otra.
Los espacios de datos y la digitalización de las cadenas de suministro
Hoy en día, las grandes organizaciones recopilan datos de su cadena de suministro con sistemas propietarios, lo que implica altos costes y retrasos en la introducción de nuevos productos o servicios para ellas y sus proveedores.
Para digitalizar su cadena de suministro o valor, una organización debe definir e implementar sus protocolos de intercambio de datos y adaptarlos para cada proveedor, quienes, a su vez, deben desarrollar y mantener sistemas diferentes para cada cliente. Esto retrasa, dificulta o incluso impide una colaboración efectiva, especialmente cuando el cliente no puede imponer sus estándares.
En contraposición, los espacios de datos ofrecen una arquitectura de datos abierta, flexible y extensible con servicios homologados y aceptados por todo un sector. Los actores de una cadena de suministro o valor pueden intercambiar datos utilizando herramientas y protocolos certificados, reduciendo la inversión necesaria y el tiempo de puesta en producción,y garantizando la soberanía sobre los datos, la seguridad y el cumplimiento normativo.
Asimismo, la interoperabilidad entre diversos espacios de datos permite conectar varios de ellos, extendiendo así el alcance de las cadenas de valor. Por poner un ejemplo, el gestor de una Smart City podrá, para definir la política de electromovilidad y ofrecer mejores servicios a los ciudadanos, conectar el espacio de datos de movilidad con otro dedicado a la trazabilidad de las fuentes de energía renovables.
Iniciativas actuales
Los espacios de datos son un concepto reciente concepción y están actualmente en fase de desarrollo, apoyados por fuertes inversiones de la UE. En este momento, hay iniciativas para diseñar espacios de datos en sectores como fabricación, energía, movilidad, salud, financiero, turismo, medios de comunicación, etc.
Por ejemplo, en el sector energético se está diseñando un espacio que permitirá conectar fuentes de generación de energía con los sistemas de almacenamiento para crear sistemas de distribución más flexibles. En el sector de la Salud se busca ofrecer a los ciudadanos un mayor acceso digital y control de sus datos personales de salud electrónicos, medicina personalizada mejorada y un mercado único para sistemas de registro de salud electrónica y dispositivos médicos, facilitando la investigación sobre enfermedades como el cáncer.
Otro caso llamativo es el del sector turístico. En España, Segitur está impulsando la creación de un espacio para conectar a los diferentes actores de la cadena de valor y mejorar la gestión de Ciudades Inteligentes, facilitando la definición de políticas adaptadas a los flujos turísticos estacionales. Igualmente, se contempla la interoperabilidad con otros espacios de datos como el de salud o el de movilidad.
En cuanto a la sostenibilidad, el Pacto Verde Europeo está creando el European Green Deal Data Space (EGDDS) para recopilar, compartir y analizar datos que pueden impulsar la innovación y las políticas medioambientales a nivel europeo y local.
Por citar un último ejemplo, para los sectores de Manufactura y Retail, un espacio de datos común permitirá desplegar el Pasaporte Digital de Producto, promoviendo una economía circular y garantizando la trazabilidad de productos y compontes en sectores como el textil, envases, alimentos, electrónica o baterías eléctricas.
En definitiva, los espacios de datos representan una solución innovadora y eficaz para superar las barreras que enfrentan las organizaciones en la digitalización de sus cadenas de suministro y en la compartición segura de datos. Al proporcionar una arquitectura estandarizada y flexible, estos espacios permiten a diversos actores colaborar de manera más eficiente, reducir costes, y garantizar la soberanía y seguridad de los datos. Con el respaldo de iniciativas y fuertes inversiones en múltiples sectores, los espacios de datos no solo facilitan la innovación y la competitividad, sino que también impulsan el desarrollo de tecnologías emergentes como la IA generativa, promoviendo un ecosistema más integrado y sostenible.
