Los ingresos de los países latinoamericanos siguen muy lejos de los de países desarrollados

La CAF insiste en que la clave del desarrollo de América Latina está en la productividad
De izquierda a derecha son: Andrés Erosa, Ana Valero, Pablo Sanguinetti, Narciso Casado, y Laura Romero.

La OCDE lo dijo hace unos días. Ahora el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) insiste en ello: uno de los grandes problemas que frena el desarrollo de América Latina es la baja productividad. Si en los años sesenta un habitante promedio tenía un 20 % del ingreso de un estadounidense, la situación hoy no ha mejorado. Mientras que España pasó de uno a dos tercios del nivel de ingreso per cápita de Estados Unidos, o Corea del Sur pasó de un 7 a un 67%, en Latinoamérica sigue existiendo una enorme brecha de ingresos por habitante con respecto a los países más desarrollados.

Así lo detalla el Reporte de Economía y Desarrollo (RED) 2018 presentado este miércoles en Casa América. “América Latina solo podrá reducir significativamente su brecha de ingresos frente al mundo desarrollado en la medida en que incremente la productividad total de los factores”, se puede leer en sus páginas.

El vicepresidente de conocimiento de CAF, Pablo Sanguinetti, ha explicado a Innovaspain lo que el documento detalla de manera extensa: que esta baja productividad no depende de un sector en particular, sino que está presente en todos. “El problema está en cuán eficientes son las empresas para combinar los recursos, tanto el capital fijo como el capital humano, y la economía en su conjunto, para producir”, ha asegurado. Y ha detallado “los indicadores son bajos en todos los sectores de la economía, en el sector servicios, en la construcción, en el servicio financiero, en la manufactura”.

Uno de las principales razones por las que no mejora la productividad es la informalidad, según Sanguinetti. De acuerdo con el documento, mientras que en países como Argentina la tasa de informalidad disminuyó entre 2003 y 2015 en más de un 15 %, en México esta aumentó casi un 10 % entre 2000 y 2014. Tanto México como Bolivia, Nicaragua y Paraguay presentan las tasas más altas de la región.

Sin embargo, aún las empresas formales, las que según el experto tienen más de 10 empleados, se ven enfrentadas al mismo problema. “Una empresa formal en México, después de 40 años, a lo largo de su ciclo de vida, multiplica por dos su cantidad de empleados. En Estados Unidos se multiplica por ocho. Nuestras empresas formales también crecen poco”, ha señalado.

Preguntar por qué sucede esto es, para Sanguinetti, lo mismo que preguntar por qué estas empresas no innovan, por qué no invierten bienes de capital, por qué no utilizan insumos de mayor calidad o por qué no desarrollan nuevas técnicas de dirección.

Por ello, el informe incide en la necesidad de mejorar en cuatro ámbitos: la competencia, el acceso a insumos y la cooperación entre las empresas, las relaciones laborales y el financiamiento.

El primero es uno de los mayores retos a los que se enfrentan las empresas en Latinoamérica. “Las empresas que están muy tranquilas en donde sienten que nadie les puede competir, que nadie les puede quitar el mercado, no tienen el sentido de innovar, al contrario, como no hay competencia, pueden poner precios más altos”, ha afirmado Sanguinetti. También ha señalado que si estas quisieran innovar necesitarían adquirir insumos de mayor calidad, que muchas veces no tienen porque hay que importarlos.

En el evento, José Antonio García Belaunde, representante de CAF en Europa ha destacado que el RED 2018 “plantea unas recomendaciones de políticas públicas para mejorar la institucionalidad y pretende ser una herramienta para incentivar el estudio y el diálogo que, necesariamente, acompañe una agenda de reformas institucionales efectivas”.

En esta jornada, el director de Casa América, Antonio Pérez-Hernández y Torra fue el encargado de dar la bienvenida del evento mientras que Fernando Álvarez, economista senior de CAF, ha presentado el documento. También han participado Narciso Casado, secretario permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos, Andrés Erosa, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), Ana Valero, directora de Regulación y Políticas Públicas de Telefónica y Laura Romero, economista de la CNMC y profesora asociada de la UC3M.

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