En el extremo de un gran espacio rectangular en forma de L se halla el Capitolio, en el otro extremo, la Casa Blanca. En el extremo de un gran espacio rectangular en forma de L se encuentra el Palacio Real, en el otro extremo, la Iglesia de San Antonio. Dos ciudades, la primera atravesada por el río Potomac, la segunda por el río Tajo. La primera es Washington. La segunda, a más de 6.000 kilómetros de distancia, Aranjuez.
El plano de 1775 del antiguo Real Sitio de Aranjuez –ahora ciudad de 59.000 habitantes, ubicada en el extremo sur de la Comunidad de Madrid– podría haber servido como modelo para el plano de 1791 de la metrópoli americana, según un estudio en el que han participado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y de la Universidad de Almería (UAL).
“Son tan evidentes las similitudes que es rarísimo que sean fruto de la casualidad”, ha asegurado José Carlos de San Antonio Gómez, del Grupo de Investigación “Patrimonio, paisaje, documentación geográfica y construcción agroforestal” de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas (ETSIAAB) de la UPM. Su sospecha lo llevó a consultar y comparar los planos. A los de Washington accedió por medio de internet, a los otros lo hizo a través del Centro Geográfico del Ejército español. Necesitaba saber si aquellas similitudes eran fruto de la casualidad o si había algo más.
“También encontramos correspondencias entre algunas avenidas diagonales de Washington con el sistema de paseos de las huertas renacentistas del Tajo; entre la plaza de las Doce Calles en Aranjuez y las doce avenidas que irradian desde el Capitolio; o entre el tridente del jardín del Parterre en Aranjuez y el tridente formado en el plano original, por Pennsylvania Avenue NW, Maryland Avenue SW y Avenue H”, ha añadido el investigador de la UPM.
La curiosidad de este arquitecto comenzó hace unos años cuando inició una investigación para estudiar el urbanismo de Aranjuez. Él, que ya conocía la arquitectura de Washington, se dio cuenta de las “sorprendentes” similitudes entre el plano original de la ciudad estadounidense y el de la española. De acuerdo con el investigador el de este último estaba “muy bien hecho y muy bonito”.
Viaje de Aranjuez a Washington
Su principal hipótesis, y la de los demás investigadores que participaron en el estudio, es que el responsable de aquellas semejanzas fue el ingeniero militar francés apodado L’Enfant (el niño), quien tuvo acceso a aquel plano en más de una ocasión y quien más tarde hizo el de Washington.
L’Enfant era alumno de la Académie Royale de Peinture et de Sculpture de París. Su primer acercamiento al plano habría sido en 1775, año del comienzo de la guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Aquel plano fue mandado dibujar y grabar por Carlos III. Mientras que Domingo de Aguirre lo dibujó, Manuel Salvador Carmona fue quien, en 1775, lo grabó, cuenta el arquitecto y autor principal de este trabajo publicado en la revista estadounidense Journal of Urban Planning and Development. El monarca español mandó entonces dos ejemplares a todas las cortes europeas, uno de ellos terminó en la academia donde se formó L’Enfant y donde, años atrás, lo había hecho Carmona.
El grabador había coincidido durante 12 años en la academia con el padre de L’Enfant. De ahí que los investigadores deduzcan que L’Enfant conoció el famoso plano. “Al llegar a la corte francesa este produciría admiración”, asegura San Antonio sobre esta representación que mide 325 metros de alto por 340 de largo.
En 1783 L’Enfant viajó de nuevo a París “teniendo ya en mente la posibilidad de diseñar el trazado de la nueva capital estadounidense, ya que tenía muy buena relación con George Washington”, según el investigador de la ETSIAAB.
Otra hipótesis, aunque menos sólida, es que Thomas Jefferson, que por esas fechas era embajador en París, pudo haber visto el plano de Aranjuez, ya que en sus bocetos sobre el trazado de Washington, situó la Casa Blanca y el Capitolio en la misma relación compositiva que después hizo L’Enfant. “Estas más que evidentes similitudes nos llevan a dudar que fueran fruto de una mera casualidad”, fue la conclusión de los investigadores. Hoy en día no resulta tan fácil encontrar similitudes entre ambas ciudades, según el investigador, ya que Washington fue reformado a principios de siglo XX.
En aquella época, Aranjuez era uno de los sitios predilectos de la Corona española, nombrada Real Sitio dos siglos atrás. Los reyes pasaban allí largas temporadas y recibían a los monarcas de otras cortes. El 12 de abril de 1779 se firmó en ese mismo territorio el Tratado de Aranjuez, el acuerdo entre Francia y España por el cual esta intervino en la Guerra de la Independencia de los Estados Unidos.