Es evidente que los accidentes de tráfico están relacionados con el comportamiento arriesgado, pero qué nos lleva a comportarnos de manera arriesgada al volante es algo que no se ha estudiado suficientemente.
Y es precisamente el objetivo de un interesante estudio llevado a cabo en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU). Su autor es David Herrero, de la Escuela Universitaria de Magisterio de Bilbao. Pese a su relevancia, hasta ahora la accidentabilidad “no se ha estudiado a nivel de cognición o pensamientos”, resalta. Algo fundamental, porque nuestra conducta está regida por nuestros pensamientos, como muy bien saben los psicólogos. “Por eso, es ahí donde he centrado mi investigación durante ocho años", explica Herrero.
Para llevarla a cabo se han medido tres variables: pensamientos agresivos, conducta de riesgo y conducta agresiva. "Hemos visto que la accidentabilidad se relaciona con el comportamiento agresivo, pero sobre todo con el comportamiento arriesgado, aunque ambos factores podrían pronosticar accidentes de tráfico de forma significativa. Se podría decir que los pensamientos agresivos llevan a un comportamiento agresivo, y que ese comportamiento agresivo lleva a un comportamiento arriesgado, que está asociado a la accidentabilidad" aclara Herrero.
Diferencias por edad y sexo
El estudio también ha analizado las diferencias por edad y sexo. En cuanto a la edad, deja claro que son "los más jóvenes los que tienden a experimentar ira con más frecuencia y a expresarse de manera agresiva, algo acorde con la práctica totalidad de los estudios. En cambio, no hay diferencias significativas entre sexos en la expresión y experiencia de ira, ni siquiera en los pensamientos agresivos. Hombres y mujeres tenemos la misma frecuencia de pensamientos agresivos", comenta Herrero.
En el estudio han participado 414 personas que conducen al menos una vez a la semana, a las que se ha entrevistado mediante dos cuestionarios, uno que mide los pensamientos agresivos (Driver's Angry Thoughts Questionnaire), y otro que mide comportamientos arriesgados y accidentabilidad (Driving Survey).
Claves para reducir accidentes de tráfico
Las claves detectadas en este estudio podrían ser útiles tanto en la seguridad vial como en el ámbito de la psicología clínica. "El comportamiento arriesgado y agresivo en la conducción es un tema poco abordado clínicamente, pero lo cierto es que existe un porcentaje bajo, aunque relevante, de conductores altamente propenso a comportarse de esta forma", explica.
Según el investigador, es importante conocer los mecanismos cognitivos y emocionales que provocan este tipo de comportamientos. Mediante las herramientas utilizada en este estudio se pueden evaluar dichos procesos, y dar pistas sobre posibles intervenciones.
Del estudio se deduce que es importante indicar a los conductores de deben prestar atención a sus pensamientos agresivos al volante, desatados por el estrés que provocan los comportamientos de otros conductores, los atascos o cualquier otro factor. Porque si los controlan, reducirán los comportamientos arriesgados que ponen en peligro su vida y la de otras personas.
Y es el que, esos pensamientos se englobarían en el denominado factor humano, es el más importante a la hora de pronosticar accidentes, como recuerdan desde la UPV/EHU.