Durante dos jornadas, Madrid es la capital mundial de la ingeniería con la organización del congreso anual de la International Council of Academies of Engineering and Technological Sciences (CAETS), que España preside este año a través de la Real Academia de Ingeniería (RAI). Bajo el lema ‘Challenges ofthe bioeconomy. Engineering a better world’, representantes de las academias nacionales de ingeniería de hasta 26 países están analizando las respuestas a desafíos globales como el cambio climático para buscar soluciones desde una bioeconomía sostenible.
Lucio Cáceres presidente electo de CAETS, ha explicado que entre los objetivos de este congreso, que se inició ayer y hoy vive su última jornada, está el de elaborar una serie de recomendaciones que puedan orientar a los gobiernos de todo el mundo para apostar por la bioeconomía. En su opinión, se trata de un ámbito que ofrece “innumerables oportunidades para la innovación y para mejorar la calidad de vida. Aquí, el papel de la ingeniería es tan crucial como lo ha sido en el pasado para la aplicación exitosa del nuevo conocimiento procedente del ámbito científico”.
Entre los principales retos que debe afrontar la bioeconomía, y que serán objeto del debate y análisis de CAETS 2017, Cáceres ha señalado la seguridad alimentaria, la nueva ingeniería genética, la necesaria transición hacia las energías renovables o la bioeconomía azul, es decir, la explotación sostenible de los océanos más allá de la pesca. Todo ello, con el cambio climático como telón de fondo y como gran amenaza global ante la que hay que buscar respuestas conjuntas. Unas soluciones que pasan por los ingenieros, a quienes ha presentado como “aquellos cuya creatividad, talento y perseverancia les lleva a desarrollar soluciones que cambian el mundo”.
Por su parte Guillermo Cisneros, rector de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) que acoge este encuentro, ha resaltado que “hay muchos desafíos que no pueden entenderse sin el papel de los ingenieros". Y ha puesto como ejemplo la importancia que éstos han tenido para transformar España en las últimas décadas. En este sentido, ha manifestado la importancia de un congreso como éste y cómo puede contribuir a “enriquecer la ingeniería, particularmente en el ámbito de la bioeconomía” para contribuir a un mundo mejor.
El problema del abasteciniento
La ponencia inaugural del congreso ha corrido a cargo de Reinhard F-Hültt, presidente del Consejo y director ejecutivo científico del Centro Alemán de Investigación GFZ para Geociencias. Ha definido la bioeconomía como “el uso basado en el conocimiento de los recursos biológicos para producir productos, procesos y servicios en todos los sectores económicos en el marco de un sistema económico sostenible”.
En su opinión, uno de los retos más importantes que hay que afrontar es el crecimiento de la población mundial y cómo abastecerla tanto de comida como de energía y demás necesidades. En este sentido, ha explicado que la producción de comida tendrá que subir un 40% en 2030 y un 70% en 2050 para cubrir las necesidades. Y junto a este desafío, el del cambio climático, “con unos efectos que ya se pueden notar” o la degradación del suelo y la deforestación, que pueden tener unas consecuencias “dramáticas”.
Ante este panorama, Hültt cree que hay que apostar por las energías renovables y por una bioeconomía que sea sostenible. De hecho, ha recordado que en Europa, este sector “ya tiene un volumen de facturación de cerca de 2 billones de euros y emplea a más de 22 millones de personas, lo que supone un 9% de los trabajadores de toda la UE”. Asimismo, ha puesto en valor la nueva estrategia en el ámbito de la bioeconomía lanzada por la Comisión Europea con el propósito de ayudar a “dirigir la transición desde una economía basada en los recursos fósiles a una bioeconomía sostenible en Europa, con la investigación y la innovación en el centro”.