Son más de 3,5 millones de personas en España y la ola veggie no es una cuestión solo nacional. Según el reciente estudio “The Green Revolution”, realizado por la consultora española Lantern, de aquí a tres años, en 2020, el mercado global de los productos que podemos definir como veggies será de 5.000 millones de euros, cantidades que empiezan a convencer a las grandes marcas para dedicarse a rebuscar nuevas posibilidades a productos que antes eran simple materia prima.
Firmas como Pascual y Nestlé ya lo hacen. Y no es una aventura. La salud es una de las razones más importantes para volverse veggie. La sociedad en general empieza a comprender que determinados alimentos actúan decisivamente para evitar algunas enfermedades y, sobre todo, ayudan a mantener la forma. Comer más sano, comer más racionalmente, evitar ciertos productos y, como no, comer adecuadamente y no tirar tanto alimento a la basura, forman parte de un nuevo hábito de alimentarse.
Entre las mujeres, este tipo de alimentación ha arraigado y está en crecimiento. Ahora es el 10 por ciento, pero tiende a crecer. Ya son dos tercios del total, es decir, más de 2,3 millones y tienen poder de compra. Es un fenómeno urbano pero no tanto como nos creemos. Solo el 52% está en las ciudades de más de 100.000 habitantes. El trabajo ya no es como antes y el sedentarismo nos afecta a todos.
Pero no es solo la salud. El concepto de sostenibilidad está afectando a los hábitos alimenticios. Ya afecta a la arquitectura con el desarrollo de los huertos urbanos, sino también a la sensación de que la alimentación que necesitamos necesita de una mayor racionalidad. Hay total convicción de que no nos podemos alimentar teniendo como base la carne. No es sostenible y el maltrato animal se tiene también en cuenta, otro de los motivos por los que muchos cambian sus hábitos alimenticios.
Si no hace mucho hablamos de la disrupción alimentaria, el incremento de la otra forma de alimentación, que basa su principal fuerza en las verduras, será otra de las razones que están justificando la innovación en el gran sector de la alimentación. El crecimiento será exponencial si se eliminan algunas de las barreras que frenan el crecimiento como la oferta y su presentación; los precios y la variedad. Porque no solo se trata de mostrar la materia prima; el gran desafío está siendo los productos elaborados que siguen esta línea de alimentación. Un motor de innovación de más.