BARCELONA. Lucy Bronze transmite la misma seguridad en el campo –su posición, defensa central, así lo requiere– que cuando habla de tecnología. La jugadora del FC Barcelona pasó por el Mobile World Congress (MWC), donde ofreció su visión sobre el momento actual del fútbol femenino, que disfruta de un ritmo de crecimiento sin precedentes, y cómo las nuevas tecnologías son capaces de potenciar a los deportistas.
Bronze reconoce que su carrera no hubiese sido la misma sin la tecnología. «Jugar en las máximas competiciones de Europa te exige mucho física y mentalmente. La tecnología ha sido capaz de prevenirme de lesiones, gracias a la monitorización y seguimientos muy precisos. Y también me ayuda en mi día a día. Me hace la vida más fácil», explica la jugadora mientras muestra uno de esos relojes que miden absolutamente todo (frecuencia cardiaca, calidad del sueño, los pasos dados…).
El Barça femenino alcanzó nuevas cotas de popularidad el año pasado, cuando el Camp Nou estableció un nuevo récord mundial de asistencia a un partido de fútbol femenino. ¿Es el compromiso de los aficionados a través de la tecnología lo que está conectándolos y atrayéndolos? Bronze opina que existe una mezcla de todo. «Es indudable que la tecnología ayuda al deporte a crecer, especialmente al fútbol femenino. Hay más presencia en la tele, en redes sociales, se cuenta con las jugadoras para las campañas… Y por supuesto, el nivel que podamos ofrecer en el campo debe ser el máximo».
A esta mezcla de factores, Lucy Bronze añade una ventaja clave que tiene el fútbol femenino. «Al no haber sido popular durante tantos años, nos ha permitido observar los errores que se han cometido en el fútbol masculino y en otros deportes muy populares. El fútbol femenino no es solo un deporte, sino un modelo de inspiración», asegura.
La propia futbolista inglesa es un claro ejemplo de ello y del carácter innovador del fútbol femenino. En 2019 fue nombrada jugadora del año por la UEFA y en 2020 conquistó el The Best (que este año ha revalidado su compañera de vestuario Alexia Putellas). Unos logros, entre otros, que tienen más valor dada su condición de defensa central. No es común que esta posición se haga con premios de esta dimensión. De hecho, en el fútbol masculino hay que remontarse bastantes años para encontrar el último caso: fue en 2006, cuando Fabio Cannavaro ganó el Balón de Oro.
Los éxitos deportivos le han labrado a Lucy Bronze participación en campañas publicitarias. Parece una fórmula infalible en el fútbol: a más éxito, mas popularidad. Aunque se lo toma con calma. De hecho, prefiere que la visibilidad sea de otra manera. «Soy una defensora de las redes sociales, pero siempre con el propósito de que sean, precisamente, sociales»
Por ejemplo, Bronze ha participado en campañas como EE Hope United, que denuncia la misoginia y la homofobia en el mundo del fútbol. Pero también apuesta por conseguir, a través de la tecnología y las campañas en la red, que el fútbol femenino se expanda más allá de las grandes ligas europeas. «Tenemos margen para que siga ganando popularidad. Hemos llegado lejos a nivel europeo pero hace falta dar el salto internacional».
