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Madrid, de isla de calor a ‘Isla de Color’

Mariano Fuentes, delegado de Área de Desarrollo Urbano de la capital, presenta la estrategia que conectará los espacios verdes de la ciudad y revitalizará áreas degradadas apostando por la naturaleza, la sostenibilidad y el emprendimiento
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'Madrid Isla de Color' pretende provocar "un antes y un después" en el concepto actual de la ciudad. (Imagen: Ayuntamiento de Madrid).

‘Madrid Isla de Color’ es una apuesta integral para transformar y modernizar el espacio urbano de la ciudad de Madrid a través de la renaturalización. “Ni desiertos de hormigón, ni solares degradados, ni espacios abandonados entre bloques». Vamos a hacer de Madrid una isla de color a través de una revolución en el espacio público”. Así lo anunciaba Mariano Fuentes, delegado de Área de Desarrollo Urbano de la capital. Lo hizo durante el 6º congreso de arquitectura y diseño Open House Madrid: Green in the city.

La pandemia nos ha enseñado a echar de menos los parques y la necesidad de cuidar el espacio urbano”, añadía Fuentes. ‘Madrid Isla de Color’ fue definida por el responsable público como “una estrategia completa, a escala global y a escala de barrios que va a cambiar la fisionomía de la ciudad. Una política que huye del corto plazo, que mira al futuro, a las nuevas generaciones, y que, además, ha sido ratificada por los Acuerdos de la Villa”.

Estrategia trasversal

Activada en 2019, algunas de las acciones de ‘Madrid Isla de Color’ ya están en marcha. El plan abarca actuaciones ambiciosas como el Bosque Metropolitano, la renaturalización de los espacios públicos que hoy están degradados, abandonados o mal cuidados y el proyecto de Barrios Productores. “Estos son los tres ejes principales de una estrategia integrada en otra más amplia: Madrid 360”, señalaba Mariano Fuentes. “Vamos a hacer de Madrid la mejor ciudad para vivir, trabajar y formar una familia. Ese es el objetivo”.

El delegado del Área de Desarrollo Urbano del Ayuntamiento de Madrid aseguraba que ‘Madrid Isla de Color’ en un proyecto en el que todo el equipo de gobierno municipal está implicado. “Estamos unidos en una estrategia global de ciudad donde el medio ambiente y el urbanismo van necesariamente unidos. El proyecto está dotado de manera adecuada desde el punto de vista presupuestario. Sabemos desde el primer momento lo que tenemos que conseguir”. Fuentes afirmaba además que pondrán los medios necesarios para sacar adelante una estrategia que mira hacia las generaciones futuras; dentro de “un antes y un después” en lo que entendemos como la ciudad de Madrid.  

Escala ciudad: el Bosque Metropolitano

La “gran infraestructura verde que teníamos pendiente realizar” rodeará Madrid y consistirá en un cinturón forestal de 75 kilómetros con especies autóctonas que contribuirán a la restauración ecológica de zonas degradadas y a la mejora ambiental y puesta en valor del entorno de los nuevos desarrollos urbanísticos y del conjunto de la ciudad.

El kilómetro cero del bosque se encuentra en el cerro Almodóvar, donde ya han comenzado las tareas de acondicionamiento. También se están preparando parcelas para comenzar la plantación y se ha lanzado el concurso de ideas para encontrar las mejores soluciones ambientales y paisajísticas para cada uno de los cinco ámbitos en los que se ha dividido el proyecto: entre montes naturales, uniendo parques urbanos, el anillo verde del sureste, los parques fluviales del sur y el anillo metropolitano. Fuentes ha defendido la conveniencia de crear ‘ecoductos’ para la conexión de los diferentes espacios verdes.

Escala local: renaturalización y Barrios Productores

Fuentes se refería a la renaturalización como una acción clave para afrontar los retos ambientales de la ciudad. Esta actuación se concreta en el ámbito local a través del proyecto Barrios Productores, con el que se pretende actuar sobre espacios de oportunidad presentes en todos los barrios: áreas libres entre bloques o espacios interbloque, solares desocupados, cubiertas, subterráneos en desuso, incluso locales comerciales vacantes.

Mariano Fuentes, durante la presentación de la estrategia el pasado viernes. (Imagen: Ayuntamiento de Madrid).

Con esta renaturalización se crearán nuevas zonas públicas urbanas, ahora inexistentes, para favorecer el emprendimiento local en sectores como agricultura y jardinería, nutrición, salud o alimentación. El objetivo es mejorar la calidad de vida del barrio y contribuir a la innovación y a la economía local. “En paralelo, mejoraremos la biodiversidad”. Y es que todas estas acciones se alinean con el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las Agendas Urbanas.

Nuevo modelo

“Nos negamos a que se nos siga definiendo como una isla de calor”. Mariano Fuentes se refería a cómo Madrid es considerado como un espacio afectado por el cambio climático, desequilibrado territorialmente y que agota sus suelos mediante el uso no sostenible. “El Área de Desarrollo Urbano ha decidido darle la vuelta a esa concepción y tratar de mitigar esas características gracias a una infraestructura verde multifuncional”.

Pese a todo, la capital de España está bien posicionada en cuanto a zonas verdes. “Cada madrileño cuenta con una dotación de espacios verdes de 15 metros cuadrados -el ideal para la OMS oscila entre los 10 y los 15 metros cuadrados- y con las nuevas zonas verdes alcanzaremos los 22 metros cuadrados pro ciudadano”. Sin embargo, Fuentes admitía que estos espacios no funcionan como un sistema interconectado que aproveche los beneficios que genera un ecosistema unido.

“Trabajaremos también sobre la necesidad del reequilibrio territorial entre norte y sur”. Los espacios de mayor valor ambiental se sitúan en el noroeste del municipio y están dotados de continuidad (monte del Pardo, río Manzanares y Casa de Campo). Mientras, el sur y el este del municipio presentan una menor dotación de espacios verdes y están más fragmentados, con barreras de diferente tipo que impiden la interconexión. “Por eso las acciones de renaturalización se centrarán ahí, para actuar como regulador térmico y frenar el efecto isla de calor”.