Según el estudio de TomTom, en Londres se calcula que un conductor pasa una media de 40 minutos más del tiempo necesario en el coche debido a la congestión de la ciudad, por lo que, en un año, un londinense pasaría 152 horas extra en el coche. En España, Barcelona es la ciudad cuyos conductores más rato pasan al volante –31 minutos extra al día y 119 horas al año–. En Madrid serían unos pocos minutos menos, 27 min al día, 105 horas al año) y en ciudades más pequeñas como Valencia el número de minutos se reduciría a 19 al día y 74 horas al año.
Pese a ello, muchas ciudades están llegando a la misma conclusión: les iría mucho mejor si tuviesen menos coches. Así, surgen modelos de negocio como el car-sharing, el bike-sharing y el scooter-sharing bajo el marco de la llamada “economía colaborativa”. Utilizando este tipo de servicios se pretende reducir la contaminación, la huella de carbono y la congestión de tráfico, pues mientras que un coche privado sirve para una persona o una familia, un coche al servicio de la economía colaborativa puede llegar a servir a 60 personas al día.
En este contexto, ShopAlike ha realizado un análisis de los modelos de transporte colaborativo en las capitales europeas, en el que ha estudiado las 28 capitales y se han tenido en cuenta los sistemas de movilidad sostenible de los que disponen por cada diez mil habitantes y el precio medio por una hora de uso para crear así el ranking de ciudades.
El número uno en el ranking es París, por ofrecer cantidad y variedad de medios de transporte a un precio considerable. Le siguen Bruselas, Berlín, Varsovia, Viena y Ámsterdam.
Aunque Madrid ocupa la posición 11 de las 28 ciudades del ranking y su número de bicis, motos y coches que hay por cada 10.000 habitantes no es muy elevado, lo compensa siendo una de las pocas (solamente 8 de las 28) capitales en Europa que disponen ya de scooter-sharing. Esto demuestra que la capital española está abierta a explorar toda nueva posibilidad para reducir la huella de carbono.