Málaga demuestra su fortaleza en movilidad sostenible

Alstom, Endesa y Mansel, en colaboración con el Ayuntamiento, son las empresas que están detrás del sistema de carga rápida por suelo para autobuses eléctricos. Esta tecnología está basada en la utilizada en sistemas tranviarios sin catenaria

MÁLAGA. “Además del clima, la gastronomía y la gente hospitalaria, Málaga será recordada también por su innovación”. Con estas palabras se ha enorgullecido el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, en la presentación del primer prototipo mundial de carga rápida por contacto en suelo para autobuses eléctricos implementado por Endesa, Alstom y Mansel.

El proyecto, denominado PALOMA (acrónimo de Prototype for Alternative Operation of Mobility Assets), incluye la adaptación de un autobús 100% eléctrico, la instalación de un sistema de carga rápida, instalado de forma soterrada en suelo urbano, de 200 kW de potencia en la parada final de la línea, así como la infraestructura eléctrica necesaria para que la carga sea inteligente y tenga el menor impacto en la red eléctrica.

El proyecto –que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Málaga, el Ministerio de Economía y Competitividad y la Universidad de Málaga y cofinanciado con fondos FEDER a través del programa Innterconecta del CDTI–, se ha equipado para dar servicio a la línea L de autobuses urbanos (EMT), que opera para la Universidad de Málaga y recorre los distintos centros del campus de Teatinos. El sistema de carga se ha instalado junto a la Escuela de Industriales (calle Doctor Ortiz Ramos), así como el despliegue de la infraestructura eléctrica necesaria.

“Esta implementación supone una transición hacia nuevos modelos de movilidad”, ha explicado Pavlos Batagiannis, director de Mercado e Infraestructura de Alstom, que ha puesto en valor “las cifras excepcionales en el último año” de la compañía: más de 8.000 millones de euros en ventas. De cara a seguir en esta línea positiva, el Plan de Sostenibilidad 2020-2025 jugará un importante papel, con la descarbonización de la movilidad, la atención al lado humano, el impacto positivo en la sociedad y generar sistemas éticos de trabajo como retos principales.

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Esta experiencia se suma a la serie de proyectos de innovación desarrollados por Endesa en el Living Lab Smartcity Málaga, donde se prueban y validan diferentes tecnologías para las redes inteligentes del futuro. El sistema estará integrado en la red eléctrica de distribución de Endesa por medio de uno de los centros de transformación más avanzados e inteligentes de España. Esta infraestructura es capaz de monitorizar en tiempo real todo su funcionamiento, permite analizar la integración de este tipo de nuevas instalaciones de movilidad sostenible y por tanto, minimizar su impacto en la red eléctrica. También permite estudiar su complementariedad con otros recursos energéticos distribuidos cuya presencia será creciente a corto plazo, como son los sistemas de gestión de la demanda, de generación renovable y de almacenamiento de energía en baterías.

Pese a que el proyecto ha acabado siendo un éxito, Susana Carrillo, responsable de Endesa dentro del proyecto, ha reconocido que “no ha sido un año sencillo”. Tras superar diferentes escollos, Carillo ha aplaudido la capacidad de reacción del proyecto ante las diversas dificultades que han surgido desde que hace cuatro años se uniesen a Alstom en esta aventura. “Ahora es el momento de generar energía de calidad y nuestro objetivo es instalar estas infraestructuras en todas las calles de la ciudad [de Malaga]”, ha subrayado.

De prueba en prueba hasta la perfección

Durante los próximos dos meses, la Empresa Malagueña de Transporte, EMT, realizará pruebas reales en la línea L, dentro del entorno del Campus de Teatinos de la Universidad de Málaga. Para ello, se alternarán dos autobuses eléctricos equipados con los dispositivos necesarios para la recarga en tiempo real durante su operación en la vía pública, si bien será el autobús del proyecto PALOMA el que permanecerá la mayor parte del tiempo en servicio.

Esta línea L ofrece a los ciudadanos un horario de servicio que comienza a las 07:30 h y termina a las 21:30 h (14 horas de servicio al día). Ningún autobús eléctrico disponible en los catálogos de productos de los fabricantes actuales proporciona esa autonomía, por lo que los operadores de transporte se ven obligados a retirar los autobuses eléctricos y regresar a las cocheras para su recarga. Este es precisamente el hándicap que resuelve el proyecto PALOMA, que apunta hacia una posible solución definitiva a los vehículos eléctricos para el transporte colectivo.

Cinco ventajas del sistema de carga

La tecnología SRS (Solución de Recarga Estática) es una solución de carga eléctrica por contacto en suelo, desarrollada a partir de la tecnología tranviaria, ya probada y validada por diferentes organismos internaciones. Esta solución se basa en los sistemas APS (Alimentación Por Suelo) de Alstom, aunque con adaptaciones y desarrollos específicos para los vehículos rodados.

Mientras que la tecnología APS suministra alimentación eléctrica al tranvía durante la marcha, la solución SRS carga el vehículo cuando se detiene en las estaciones. Equipado con baterías, el autobús se recarga por contacto a través de un raíl conductor situado en tierra y por medio de zapatas colectoras montadas en la parte inferior del vehículo. La activación de este sistema se realiza mediante señales de telecomunicaciones que realizan los autobuses cuando llegan al punto de carga. "Los sistemas de carga actuales se han quedado antiguos. No queremos que el conductor tenga que bajarse del autobús y cargarlo. El futuro pasa por la automatización y, en este sentido, nosotros proponemos una solución global", ha señalado Pavlos Batagiannis.

De esta forma, la ciudad andaluza se ha convertido en el primer laboratorio mundial en situación real de esta tecnología. Actualmente, un autobús eléctrico está recorriendo la línea L de Málaga, mostrando las ventajas de un sistema de carga que:

1. Permite cargar rápidamente el autobús en las paradas, de modo que se amplía la autonomía, eficiencia y capacidad del autobús eléctrico frente a los autobuses que únicamente son cargados en las cocheras al finalizar su jornada.

2. Se encuentra integrado en el asfalto, lo que facilita la inserción en el paisaje urbano y no impone restricciones de altura a los vehículos.

3. No afecta a los vecinos residentes de la zona como sí lo haría en caso de que la recarga se realizase por pantógrafo desde el techo del autobús en lugar de hacerlo desde el suelo, como es este caso. No hay, por tanto, impacto visual.

4. La carga se realiza por contacto, lo que aumenta la rapidez y eficiencia del sistema.

5. Es una tecnología abierta, que puede ser instalada e integrada en cualquier modelo de autobús, sin modificar la altura mínima al suelo.

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