Más de medio millón de freelancers europeos cuentan con una herramienta que los conecta al mundo laboral de forma rápida y sencilla; por otro lado, alrededor de 70.000 empresas del continente buscan a los mejores profesionales para mejorar sus procesos. Ese punto de unión es la razón por la que Malt tiene éxito: es un marketplace especializado que junta oferta con demanda y ayuda a que ambos mundos se unan.
Jacobo Bermúdez, director general de Malt en España, donde la empresa tecnológica ya lleva asentada unos años, explica que todos los procesos entre esta relación se pueden llevar a cabo desde la propia plataforma: encontrarse, establecer el primer nivel de conversación, llegar a acuerdos, estipular tarifas, idear proyectos, facturar servicios… “Está todo lo que es necesario para que la relación entre freelancers y compañías salga bien”, asegura.
En España, este marketplace de origen francés cuenta ya con 50.000 freelancers dentro de la comunidad y unos 5.000 clientes este año. Lo interesante y novedoso para nuestro país, es que estas compañías suelen estar en el mundo gran empresa, lo que llaman Tier 1. “Para este tipo de empresas, no es fácil contratar freelance de forma directa,
Para ellos, no es fácil contratar a freelancers de forma directa, ya que hay que llevar a cabo una negociación individual, redactar el contrato, darles de alta como proveedores… Y ese criterio es el mismo para estos trabajadores -como proveedores- y para una empresa de 20.000 clientes.
Así, con el objetivo de agilizar esta relación, Malt propone darse de alta como proveedor y que la empresas contraten a través de ellos: “De este modo, facilitas de forma clara el acceso de estos freelancers a estos tier de empresas que antes no contaban con este talento. No porque no quisieran, ojo, sino porque costaba mucho por procesos internos”.
Españoles freelancers
En el último estudio que ha publicado la propia compañía Malt, titulado como Freelancing, comprobaron que solo el 5% de los freelancers españolas había trabajado anteriormente con una gran empresa, tipo Ibex 35. Un número que, según Bérmudez, está creciendo.
“Además, en la encuesta preguntamos si se sienten más productivos en casa que en la oficina y el 51% contesto que sí, que se consideraban más eficientes. Este porcentaje, el más alto de Europa, corresponde a España, mientras que franceses y alemanes tienen un 48% y un 40%, respectivamente”, alega el director general.
Para él, el mensaje es que la productividad de una persona que trabaja en remoto es la misma que en oficina, y que de ahí sale el modelo híbrido al que tiende toda empresa. “Es un terreno que los freelancers llevan abonando años. Cuanto más se acostumbran las empresas a lo híbrido, la barrera de entrada es menor para ellos porque ya está naturalizada”.
El freelancing, de todos modos, es novedoso en España y solo se aceleró por la crisis provocada por la pandemia de la covid. Sin embargo, es una tendencia Reino Unido, Holanda, Francia o Alemania, donde ya está institucionalizada. “En EEUU, ni qué decirlo, está a la orden del día”, subraya Bermúdez.
España, por su parte, iba un poco rezagada en esta forma de trabajar, aunque adelanta que, en uno o dos años, estará a ese nivel de uso y normalización de freelancing con empresas.
El papel de Malt en España
Para poner en contexto el papel de Malt en España, su director general destaca que España, comparado con otros países, tienen un gran nivel de maduración del freelancing, sobre todo en la gran corporación. “Tener un freelance en Reino Unido es tan normal como contratar a alguien indefinido. En Holanda igual, en Bélgica igual. Francia y Alemania están avanzados, pero son no tan punteros. España, en cambio, históricamente ha mostrado reticencia, o desconocimiento, sobre cómo este tipo de fuerza laboral puede ayudar a las organizaciones”, explica.
Así, desde hace cinco años hasta hoy, cuando llegaron a España, el nivel de conversación con directivos, que son potenciales clientes, consistía mucho derribar tabúes sobre los freelancers. En cierto modo, una “evangelización”, como define el propio Bermúdez.
“El cambio de conversación con las grandes empresas ha sido radical. Ya se trata tanto de evangelizar, ahora todo gira en torno a cómo incorporar de forma fácil y segura esta fuerza laboral en organizaciones. Se ha pasado de no conocer las posibilidades del freelancing a decir que esto existe y que no se puede perder. Y, sobre todo, que no se embarren los procesos".
El modelo de Malt es tradicional, abierto, y por definición, agrega constantemente demanda y oferta. “En definitiva, trabajamos en que nuestros clientes se conozcan bien y se encuentren en este marketplace”.