Preocupada porque la mayoría de los datos generados en su territorio se estaban alojando en nubes públicas norteamericanas, Europa puso en marcha la iniciativa Gaia-X, dirigida a crear un entorno propio capaz de competir con ellas. Es perceptible la preocupación hoy por el modelo de gestión de los datos y por las alternativas para compartirlos a gran escala. Las aportaciones de Manuel Escuín invitan a pensar en que urge un cambio de ritmo y adoptar cuanto antes medidas más efectivas.
Pregunta: ¿En qué punto se encuentra la iniciativa europea Gaia-X?
Respuesta: Los comités técnicos de Gaia-X están enredados por la lucha política entre alemanes y franceses esencialmente. Ahora mismo, está en medio de dos grandes proyectos, uno financiado por Francia y otro por Alemania, además de otros como Catena X del automóvil. Este desorden está provocando que cosas que debían de haber estado listas, a mi juicio, el año pasado, se han llevado a 2025. En una reunión reciente éramos 70 personas. ¿Quién habla? ¿Quién invierte? Casi imposible de identificar.
Pregunta: Existe preocupación por el volumen de datos que están colocando las empresas europeas en nubes no de terceros países.
Respuesta: El 88% de la nube europea está en manos de los americanos, ese es el tema. Estamos otra vez dejando sectores estratégicos en manos de países que no son europeos. Ya los hemos entregado, ahora mismo se está produciendo una reacción violenta, pero es como ponerse la vacuna cuando ya tienes la gripe. Aquí nadie, en general, toma decisiones. Todo el mundo hace lo políticamente correcto y nadie se atreve a decir que la Unión Europea no tiene ningún problema en poner aranceles a los coches chinos, pero en el mercado cloud no se atreve a prohibir nada a nadie.
«Para hacer una red paneuropea que comparta datos, se tienen que habilitar sistemas seguros y confiables»
Pregunta: Si algo sobra en Europa, ahora mismo, es regulación.
Respuesta: Yo soy liberal de raíz profunda, pero se trata de pragmatismo. Esto no es un problema ideológico, es un problema de praxis. ¿Qué poder tienes con un 12% del mercado en Europa en manos de empresas europeas?
Los americanos están, además, en Gaia-X.
El problema de ahora es que resulta que Gaia X, en teoría, se financia con las cuotas y muchas grandes empresas europeas no pagan. Montas un sistema para competir con los americanos y ellos son los únicos que pagan. Es que coordinadores de comisiones técnicas son de empresas de Estados Unidos. Eso no pasaría al revés ni locos.
De algo habrán servido estos años de funcionamiento de Gaia-X.
Han servido para tener profundísimas discusiones, un montón de ideas. Lo único destacable son los servicios denominados Cleaning House, un sistema de confianza en el caso de que una entidad quiera utilizar los datos o servicios de otra. En España, el Grupo Aire es uno de los cuatro de toda Europa habilitados para integrarlos. Se puede seguir haciendo convenios ‘one to one’, como toda la vida, pero para hacer una red paneuropea o mundial de gente que comparta datos, por ejemplo, en un sistema de salud, se tienen que habilitar sistemas seguros y confiables.
El sector de la salud, precisamente, tiene una sensación de impresionante de que no se avanza en este tema de los datos.
Evidentemente, los americanos sí tienen un sistema unificado de datos para todo Estados Unidos. ¿Con quién entrenas un sistema aquí? En Europa somos muy legalistas, estamos sobredimensionados en legislación que no sirve para nada, que no es práctica.
¿En qué punto están los verticales sectoriales de Gaia-X? España ha querido liderar el de turismo.
Como Gaia-X Europa no ha ido a la misma velocidad, y mucho menos ha sido capaz de ir por delante, los verticales avanzan descoordinados. Lo único que existe es un cierto compromiso, ni siquiera en todos ellos, de utilizar el Trust Framework de Gaia-X, ese entorno de confianza de Gaia en algunos de los proyectos. El modelo define un estándar de confianza en distintos niveles, el 1 es el mínimo, el 2 ya tiene una cierta referencia sólida y en el 3 se supone ya es muy sólida. En 2025 seremos capaces de dar el nivel 2 y en algún momento nivel 3, pero en este momento el nivel que se da es lo que se llama la especificación de nivel 1.
¿Cómo le vas a ganar a un Amazon que invierte más que todas las inversiones europeas juntas?
El tema de los espacios europeos de datos se fundamentará en ese modelo.
Es lo mismo. Gaia-X, dentro de su propia variante, se ha focalizado en esa parte, para que, sobre eso, se puedan empezar a construir capas, por ejemplo, de compartición de datos, de compartición de algoritmos de entrenamiento, o de lo que se quiera.
El tejido empresarial no está aprovechando la posibilidad de Gaia-X, quizás se puede achacar a las empresas, en el asunto de la soberanía de los datos europeos, que se están quedando con la opción que tienen más a mano.
Siendo realistas, Gaia-X está pensada para compartir datos de verdad con otras empresas y funcionar de forma federal. La mayoría de los proyectos en España se despliegan para una empresa, no es habitual ese concepto de federación. Si en realidad no se van a utilizar datos de esa manera, si no se necesita ninguna relación de confianza con nadie, no hace falta toda esa parafernalia de capas de seguridad y capas de comunicación. Hay un desconocimiento bastante grande en España, muchas de nuestras empresas no saben ni que existe esta posibilidad.
De alguna forma, habrá que competir con los hiperescalares.
No puedes competir con alguien que tiene tanta posición en mercado. Estratégica, política, económicamente, no vas a poder ganar nunca. Se perdió la batalla hace más de una década. El problema es que no somos dueños de la tecnología, somos simple y llanamente usufructuarios. ¿Cómo le vas a ganar a un Amazon que invierte más que todas las inversiones europeas juntas? Luego está la competencia con medios públicos en España a través de instituciones que sí tienen dinero para incorporar tecnología. Hay proyectos de financiación de espacios de datos, pero creo que no son suficientes.
«En España, no se invierte en tecnología base, porque es imposible hacerlo»
Se da la paradoja de que el sector público tiene los recursos para montar la infraestructura, pero luego pone enormes problemas para abrir sus datos. Un directivo del Hospital Vall d’Hebron lo decía en un evento reciente: la salud privada tiene más capacidad de procesar los datos que la pública.
La sanidad privada tiene más apertura de miras, por decirlo de alguna manera, es más abierta a la hora de trabajar. En España, no se invierte en tecnología base, porque es imposible hacerlo. El otro día, después de seis meses de negociación, una entidad pública me dijo que era muy complicado y que se lo había comprado finalmente todo a Microsoft y la centralita, a Amazon. Lo mismo está pasando con los data centers, ahora todo el mundo quiere comprar data center, pero los que existen no son adecuados para las nuevas aplicaciones, por ejemplo de IA. En general, no tienen suficiente potencia por metro cuadrado.
El 14 y 15 de noviembre hay un Gaia-X Summit en Helsinki, se va a hablar precisamente de la estrategia europea del dato y de cómo alinearla para impulsar la innovación digital y la gobernanza por toda Europa.
Gaia-X publicó un documento magnífico de arquitectura el año pasado, una obra de arte tecnológica, el problema surge cuando intentamos bajarlo a la tierra. El entorno de confianza requiere muchas cosas: interoperabilidad, migración, federación de nubes, infraestructuras comunes. Se hizo una federación de nubes europeas entre las universidades, con una enorme inversión, y no se abre al público en general.
Es como si Stanford solamente hubiera cogido sus desarrollos de TCP/IP y se lo hubiera quedado para ella. No estamos enfrentando el problema desde una visión práctica. Estamos en una especie de utopía donde queremos destruir a quien ya está posicionado, a quien ya está invirtiendo, en lugar de crear mercado nuevo. No hay que combatir a los americanos en los mercados clásicos, sino encontrar nuevas formas de usar la nueva tecnología.