El ser humano “tiene un límite” a la hora de recopilar y analizar los datos. La inteligencia artificial no. Por eso hasta ahora se tenían en cuenta 14 variables para la detección de las sepsis y con la incorporación de las nuevas tecnologías el número de variables a tener en cuenta supera las 240. Es, como dice el doctor Marcio Borges, una “revolución” que permite “mejorar de forma increíble la detección de la sepsis de forma precoz”.
Él dirige una de las iniciativas más innovadoras al respecto de la prevención y tratamiento de una patología que es la principal causa de muerte interhospitalaria en países industrializados. De hecho, la mortalidad en la infección por coronavirus es precisamente por la sepsis. Ese proyecto se llama BISEPRO y a través de él, con el uso de big data, IA y machine learning, se quiere reducir los falsos positivos y triplicar los casos detectados. Los resultados obtenidos ya en cinco hospitales de España son esperanzadores.
Hasta un 95 por ciento
“Cada 15 minutos se analizan todos los pacientes en todas las áreas del hospital”, señalaba este médico brasileño en declaraciones a Innovaspain unas semanas antes de que la situación por el COVID-19 se complicara en España. “Lo que el médico o la enfermera escriben se transforma en una variable numérica y esto realmente es una revolución”.
“Con inteligencia artificial se mejora hasta el 95 % la detección rápida”, afirma el presidente de la Fundación Código Sepsis. Sin la IA, este porcentaje se sitúa en un 30 por ciento. Y es que la tecnología, con su capacidad para gestionar datos, permite avanzar en el campo de la medicina de precisión o personalizada. “Cada individuo tiene una respuesta diferente –explica–. Por lo tanto, hay que personalizar el diagnóstico y el tratamiento de esa persona”.
Principal causa de muerte hospitalaria
Borges trabaja desde hace más de quince años en Hospital Universitario Son Llàtzer (Mallorca), donde se puso en marcha, en 2008, la primera unidad multidisciplinar de sepsis. Aquí se estudia este síndrome clínico complejo, resultado de un desequilibrio que se produce cuando uno o más órganos fallan.
La causa es una infección grave, cuyo origen puede ser bacteriano, vírico o fúngico y originarse en diferentes órganos (pulmones, zona abdominal, sistema nervioso central, etc.). Actualmente, constituye la principal causa de muerte hospitalaria en el mundo: se estima que cada día se registran entre dos y cuatro nuevos casos de sepsis grave por 100.000 habitantes.
Coordinación y multidisciplinalidad
Una atención correcta y a tiempo reduce la mortalidad y las secuelas de los pacientes, así como el uso de recursos sanitarios y su coste. En patologías emergentes para las que no existe tratamiento, como ocurre en el caso del coronovirus Covid-19, el virus del Ébola o las bacterias resistentes a los antibióticos habituales, su manejo es crítico para la supervivencia de los afectados.
También es “crucial” la coordinación entre países y regiones. La OMS ya ha señalado que hay que realizar “acciones multimodales y multidisciplinares” a través de códigos comunes para todos, según señala Marcio Borges.
“Nuestro principal objetivo es bajar la mortalidad a la vez que mejoramos la atención a través de una medicina personalizada, transversal e interdisciplinaria”, explica el médico brasileño. Y todo ello reduciendo también el uso de recursos, porque hasta un 30 por ciento de las personas que sobreviven tiene secuelas graves de por vida.