A excepción de los equipos específicos, los profesionales de la sanidad española carecen de formación en cuidados paliativos. La Universidad de Navarra y la Fundación Dignia se han propuesta acabar con un déficit que juega en contra de pacientes, familias y del propio sistema sanitario. Lo han hecho mediante la firma de un convenio gracias al cual, durante 18 meses, y entre otras acciones, el Servicio Navarro de Salud y la Clínica Universitaria de Navarra, impulsarán la formación en cuidados paliativos a equipos de Atención Primaria en zonas urbanas y rurales, y desarrollarán materiales educativos a fin de incorporarlos al currículum en las facultades de Medicina. Para ello, adaptarán al contexto español el programa Pallium, de origen canadiense, que desde el año 2000 ha acreditado a cerca de 60.000 profesionales.
En el mundo occidental tenemos una población envejecida, la pirámide poblacional se ha invertido. Tres de cada cuatro personas morirán de una enfermedad crónica, respiratoria, cardiaca, cáncer o insuficiencia de órgano. “Todas estas patologías, al final de la vida, se benefician del abordaje paliativo”, explica a Innovaspain el Dr. Marcos Lama, portavoz y uno de los integrantes del programa Pallium en España.
Lama aclara que es un error asociar los cuidados paliativos con los últimos meses o semanas de vida. “Es algo mucho más amplio, pero en España tenemos un problema. No existe formación básica en la gestión del final de la vida. Sí sobre el inicio, o acerca de patologías como el lupus o la hipertesión. Se trata de un contrasentido, porque no todos sufriremos determinadas enfermedades, pero está muy claro que ninguno nos libraremos de fallecer”.
El objetivo final de Pallium es que todo el mundo pueda beneficiarse de unos adecuados cuidados paliativos que hagan más llevadero su día a día. “Actualmente, los equipos específicos de paliativos tienen que cubrir tanto los casos complejos como aquellos que no lo son. Y es imposible llegar a todos, por lo que la calidad de la atención empeora”, afirma Lama.
La urgencia de cambiar las cosas
Según el doctor, la mala formación en paliativos de los profesionales sanitarios tiene varias consecuencias importantes. “No solo carecen del conocimiento adecuado en el apartado clínico del cuidado paliativo, sino en el abordaje de problemas de índole personal o espiritual”. En este punto Lama hace un inciso: “No hablo exclusivamente de temas religiosos, sino de considerar los valores intrínsecos de cada persona en la etapa final de la vida”.
Este conjunto de carencias supone un gasto “enorme” para el sistema sanitario. “Los profesionales no preparados en paliativos tienden a tratar a estos pacientes como si tuvieran curación. Ahí entran en juego pruebas, ingresos, traslados o medicaciones que no tienen mucho sentido. Y es caro. Si todo el sistema tuviera una formación adecuada, a los equipos específicos le llegarían los casos más complejos, y los demás podrían ser asumidos por el resto del personal”.
En esta ecuación, el representante del proyecto incluye a profesionales médicos, enfermería, psicología, trabajo social, fisioterapia, farmacia hospitalaria y atención primaria. “Lo ideal es que, dentro de unos años, este plan de choque ya no resulte necesario porque los cuidados paliativos sean parte de la formación básica en las facultades y escuelas correspondientes, al margen de la especialidad sanitaria”.
Demostrar beneficios
¿Cuál es el origen de esta problemática? Marcos Lama lo tiene claro. “Occidente vive de espaldas a la muerte. Lo importante es ser eternamente joven y tener dinero. Hace 50 años, la gente moría en su casa, rodeada de sus seres queridos. Hoy la muerte no existe. No se habla de ella. Por eso el programa Pallium tiene una importante carga divulgativa. Recordaremos a la sociedad que somos seres finitos, que es mejor vivir estos procesos con naturalidad, junto a profesionales sanitarios preparados que nos ayuden a afrontarlos”.
En esta línea, Lama indica que el proyecto piloto incluye trabajo investigador. “Vamos a tratar de demostrar con datos que Pallium es positivo para pacientes, familiares e instituciones sanitarias. Una vez transcurridos los 18 meses, con los beneficios sobre la mesa, la intención es que Pallium impacte en todos los sistemas de salud públicos y privados que lo soliciten. Los pacientes, tendrán un mejor final de vida y sus familias un duelo más llevadero. En cuanto a los profesionales, en un momento de sobrecarga del sistema, estarbien preparados les hará sentirse más satisfechos con su trabajo”. La OMS recomienda que los cuidados paliativos sean parte de la cobertura universal de salud. “Clarísimamente, todo empieza en la educación”.
Manejar el dolor físico y mental
Pongamos el foco en el paciente y en su sufrimiento físico y mental. ¿Cómo les ayudará el proyecto? “En la parte clínica, hay que saber tratar convenientemente los síntomas -dolor, dificultad respiratoria, falta de fuerza, ansiedad, depresión, vómitos, somnolencia, insomnio-. Algunos dolores son difíciles, propios del final de la vida, y pueden aparecer fiebres que no debemos tratar con antibióticos porque son una señal de que el cuerpo se apaga. Identificar estas especificidades no es sencillo. Tampoco determinadas conexiones. Por ejemplo, el insomnio y la ansiedad llevan a que el sistema de alarma del dolor salte antes de lo normal. Quizá, antes de tratar el dolor, hay que abordar la ansiedad y el insomnio. Conviene además manejar las ventajas de la alternancia de fármacos o el correcto suministro de soluciones delicadas, como la morfina”.
Médico rural de Atención Primaria, en los inicios de su carrera Marcos Lama tuvo que renunciar a su tiempo libre para entrar por su cuenta en el terreno de los cuidados paliativos. “El medio rural es fundamental para el programa Pallium. Lo tenemos muy claro desde el inicio. En el proyecto piloto consideraremos la formación a los profesionales de Atención Primaria en entornos urbanos y rurales, fijándonos en las peculiaridades de los pueblos más alejados de la ciudad”.