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Margarita del Val. (Imagen: César Hernández, CSIC).

Cada año, las vacunas salvan alrededor de 3 millones de vidas, pero, al tiempo, 1 millón y medio de personas muere por falta de acceso a la vacunación. Una reciente campaña de ‘Médicos sin Fronteras’ resume su importancia: “Hay algo que da mas miedo que las vacunas… No tenerlas”. La viróloga e inmunóloga del CSIC, Margarita del Val, aseguraba hace unos días que, a su juicio, las vacunas desarrolladas para frenar la pandemia del COVID-19 son un logro que supera a cualquier otra proeza de la ciencia. “Es un éxito tremendo, apenas sin incidencias. Ojalá en el futuro logremos más vacunas así de seguras y eficaces en tan poco tiempo. Quizá con otros agentes infecciosos, más duros que el SARS-CoV-2, no resulte tan fácil”.

La coordinadora de la Plataforma Salud Global del CSIC ha participado en el ‘Primer Encuentro Internacional sobre COVID-19’ organizado en el Hospital Enfermera Isabel Zendal bajo el lema ‘Mejores Prácticas’. Del Val invitaba a no olvidar que es la colaboración global las que hoy nos permite disponer incluso de varias opciones de vacunas disponibles. “Aprendamos de esta experiencia, de la necesidad de inversión previa en investigación básica y aplicada, o en el tejido industrial imprescindible para producirlas”.

La experta insistía en la seguridad de las vacunas. “Las del COVID-19 son las más seguras de la historia porque la fármaco vigilancia ha podido hacer un seguimiento sin precedentes de un elevadísimo número de personas en un periodo muy breve”. En este sentido, Margarita del Val recordaba que incluso los “muy infrecuentes” efectos adversos provocados por las vacunas de Astra Zeneca o Pfizer han sido mitigados por el conocimiento acumulado desde que arrancó la campaña, lo que permite actuar con máxima celeridad ante cualquier sintomatología adversa.

La mascarilla siempre a mano

Con todo, Del Val llamaba a la prudencia. El virus no se ha marchado. “En el futuro, vacunas mejor diseñadas nos protegerán de la infección y por tanto del contagio. Sólo entonces conseguiremos la inmunidad colectiva. Las actuales protegen a nivel individual, pero no a la sociedad. Por el momento no sabemos si un contagiado ya vacunado transmite el virus con la misma o menor intensidad. Hay mucha información sesgada al respecto, así que hay que ser precavidos”.

Así las cosas, la investigadora del CSIC ha recibido con cautela la medida que permite no utilizar mascarilla en exteriores siempre y cuando la distancia interpersonal sea suficiente. “El momento ahora es mucho mejor y, por fortuna, en estos meses podemos hacer casi todo al aire libre. Pero seamos sensatos porque también en exteriores pueden darse aglomeraciones y situaciones complicadas. Mucha gente no está vacunada todavía. Hay que tener cuidado y levar la mascarilla siempre encima”.

Un desequilibrio inaceptable

Aunque la pandemia ha causado estragos en todo el mundo, la distribución de dosis no está manteniendo esa misma equidad. “En el pasado ya sabíamos que el reparto de vacunas no era justo”. Así nació la alianza GAVI, encargada de garantizar que niños de países con menos recursos puedan acceder a la vacunación. De ella parte la alianza COVAX, que intenta mitigar estos desequilibrios en la actual pandemia. “El virus avanza tan rápido a través de la transmisión de los asintomáticos, que nadie estará a salvo hasta que todo el mundo esté protegido”.

Con los ancianos y los grupos de riesgo vacunados, Margarita del Val puso sobre la mesa la posibilidad de no vacunar a los más jóvenes -adolescentes, veinteañeros- por el momento y ayudar así a países y personas con más necesidades. Por el momento, COVAX sólo ha podido repartir 77 millones de dosis entre 127 países. “Es poquísimo. El objetivo más inmediato pasaría por vacunar al menos a todos los sanitarios de estos lugares para evitar el colapso de sistemas de salud muy debilitados”.

El punto de partida complejo para la alianza se ha visto agravado por el descontrol del virus en India, principal suministrador de vacunas del mundo. 190 millones de dosis que iban a ir a parar a COVAX, están siendo suministradas a su población. Un Panel Independiente de Evaluación de la OMS y 28 países ha solicitado que las naciones más protegidas ante el SARS-CoV-2 colaboren con dosis, ya que estiman un déficit de 250 millones hasta septiembre de 2021.

“Necesitamos un mundo estable, aunque sea desde una perspectiva egoísta, pero sobre todo por una cuestión de humanidad”, señalaba Margarita del Val. La viróloga ha puesto el foco en Latinoamérica, que ahora entra en los meses más fríos, una complicación extra para pelear contra la enfermedad. “Tenemos que compartir los recursos. Cómo salgamos de esta pandemia condicionará la evolución del mundo. Si colaboramos entre todos o si optamos por proteger hasta la última persona de nuestro país. Quizá en el futuro no encontremos el apoyo que necesitamos ante otras cuestiones. Al menos hay que reflexionar, y en Europa tendremos una mirada egocentrista si pensamos en lograr el absoluto riesgo cero”.

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