María Blasco: “En esta crisis, solo la ciencia ha actuado de manera coordinada”

La directora del CNIO y Juan Ignacio Cirac, director de la División de Teoría del Instituto Max-Planck, clausuran el Foro Telos
Blasco Cirac

Las vacunas del SARS-CoV-2 basadas en RNA tienen su origen en la investigación más básica y ya se estaban desarrollando para tratar el cáncer. La computación cuántica nos permitirá, entre otras muchas cosas, establecer modelos de nuevas pandemias certeros hasta niveles inimaginables. Dos ilustres de ambos campos, María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, y el director de la División de Teoría del Instituto Max-Planck, Juan Ignacio Cirac, han cerrado la segunda edición del Foro Telos en una charla moderada por el director de la revista Telos, Juan Manuel Zafra.

María Blasco explicaba cómo el CNIO, centrado en el estudio de la biología del cáncer, ha contribuido también a entender mejor el virus que asola al mundo, así como qué enfermedades provoca. Lo han hecho desde sus avances en medicina regenerativa. “El conocimiento acumulado nos ha permitido ir más rápido. La ciencia no partía de cero en el desarrollo de vacunas y terapias, y son varios los expertos en coronavirus que han jugado un papel importante”, apuntaba Blasco. “Lo vivido nos ha demostrado la importancia de contar con un sistema científico internacional conectado para responder con velocidad. La única esperanza para salir de esta crisis es la ciencia, y los investigadores son mentes preparadas para responder a una eventualidad de esta magnitud”.

Después de 25 años en Alemania, Juan Ignacio Cirac ha vivido de cerca cómo el país germano ha puesto en la primera línea de las prioridades mantener la actividad investigadora, incluso en los peores momentos de la emergencia. “El instituto no cerró y se ha acometido un trabajo muy intenso para comprender la enfermedad y cómo se propaga el virus”, señalaba.

Inversión a largo plazo

“Es importante que la ciencia reivindique su importancia no solo por los logros actuales, sino por lo conseguido en las últimas décadas”, manifestaba Cirac, quien sí admite un cambio de mentalidad en esa dirección, tanto entre la ciudadanía como en la clase política. “Mi temor”, añadía, “es que, una vez superemos esta crisis, la gente olvide lo ocurrido y pierda de vista que la ciencia puede hacer que estas situaciones tengan menor impacto. Por desgracia, muchos países no tienen una visión a futuro, solo tapan agujeros. La apuesta por la ciencia debe ser definitiva”.

En la misma línea, María Blasco aseguraba echar de menos que, vacunas aparte, los dirigentes públicos manifiesten con más asiduidad la importancia de potenciar la inversión en ciencia a largo plazo para responder a crisis globales, “ya estén provocadas por pandemias, el cambio climático, la falta de alimentos o el impacto de un meteoro”.

Aprendizajes

Dedicada a entender la enfermedad desde el punto de vista molecular, y más concretamente aquellas patologías relacionadas con el envejecimiento, cuya prevalencia aumenta a medida que lo hace la esperanza de vida, María Blasco avanza que están cerca de generar los primeros medicamentos “para frenar, curar o prevenir” enfermedades degenerativas.

Hace unos días, el CNIO y la Universidad Autónoma de Barcelona lanzaban la spin off 'Telomere Therapeutics', con una inversión de 'Invivo Ventures'. El objetivo es el desarrollo de terapias génicas llamadas a combatir la fibrosis pulmonar. Un expertise que también será útil en la pelea contra el COVID-19. “Está demostrado que, tras superar la etapa infecciosa de las células del pulmón, algunos pacientes sufren de esta fibrosis. Es una de las secuelas del virus donde estos avances pueden funcionar”, decía Blasco.

Por su parte, Juan Ignacio Cirac será uno de los responsables de configurar el ordenador del futuro. La computación cuántica está a otro nivel respecto a los conocidos como súper ordenadores. Para ser conscientes de la importancia de este campo de conocimiento, basta comprobar cómo Amazon, Google o Microsoft están echando el resto para tomar posiciones. A escala país, y sin salir de la UE, Alemania está invirtiendo en esta tecnología miles de millones para no depender de terceros una vez su uso se extienda. “No investigo directamente el COVID-19, pero espero que las conclusiones a las que llegamos tengan efectos en este tipo de emergencias. Serán realidad cálculos imposibles hasta ahora, modelos de pandemia incluidos”.  

Nuevas conexiones

La relevancia de la tecnología en el laboratorio era ratificada por María Blasco. “En biología, la computación es importantísima para el estudio del cáncer. Big data e inteligencia artificial forman parte de nuestro día a día. Hay que analizar millones de datos de cada tumor para escoger el mejor tratamiento”. De hecho, su directora apuntaba que el CNIO está incorporando expertos en biología computacional para abordar el estudio del cáncer “desde una perspectiva global”.

Cirac cree que estos lazos se estrecharán progresivamente para que fluya el conocimiento multidisciplinar. “Lo que hacemos cada uno es parte de un todo conectado. Medicina, física, química… todas las ciencias están relacionadas y los investigadores en permanente comunicación. Esta ya no es la ciencia de otras épocas. Nadie está encerrado investigando por su cuenta. Estamos más preparados y vamos más rápido”.

El director de la División de Teoría del Instituto Max-Planck incluía en la ecuación a las telecomunicaciones, cuyo aporte ha sido vital en los últimos meses. “Vivimos una revolución que cambiará para siempre la manera que tenemos de comunicarnos. Es un cambio que aún no percibimos, pero en 3-5 años veremos cosas increíbles. Las posibilidades son infinitas”.

Competencia controlada

La colaboración a la que aludían Blasco y Cirac no implica que en su actividad no exista una elevada y casi siempre sana competencia. Sin embargo, Juan Ignacio Cirac, considera beneficioso establecer una orquestación legislativa común que asegure que los beneficios de los grandes hallazgos redunden en toda la humanidad.

Aunque este marco ético ya existe en la UE, Blasco defiende ir un poco más lejos. “Ahora vemos algunas aristas del sistema, con la aprobación de la vacuna en tempos distintos en Reino Unido, Estados Unidos y la UE. Hay que engrasar un poco la toma de decisiones a través de la coordinación de organismos internacionales”. Pese a todo, Blasco incidía en que la ciencia está muy regulada. “La aprobación de medicamentos, los ensayos clínicos… que los procesos se hayan acelerado ante la emergencia no significa que las cosas se hagan mal. Esto nos ha pillado desprevenidos a todos, pero la ciencia es la única que ha actuado de manera coordinada en todo momento”.

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