En Trinidad y Tobago, la compañía ha encontrado, hace solo unos meses, su mayor volumen de gas de los últimos cinco años. Y acaba de anunciar que intensificará su actividad en Bolivia. Son solo un par de casos que ejemplifican que la presencia de Repsol en América Latina y el Caribe “es una constante”, tal y como señala María José Huertas, jefa de Asesoría Jurídica, Tecnología y Negocios Emergentes de la firma.
“La presencia de Repsol en América Latina viene de lejos”, añade. Sobre todo en Argentina, desde el momento en el que se adquirió YPF, aunque lógicamente decayó con la expropiación. En el negocio exploratorio y de refinería, la multinacional española están presente en muchos países: Bolivia, Venezuela, Perú, Brasil (a través de la empresa participada Sinopec), etc.
Es verdad que la compañía también mira mucho a Asia, pero sin olvidarse del continente americano, incluido el norte. Prueba de ello, tal y como señala Huertas, es la adquisición, en 2015, de la canadiense Talisman Energy. “Además, la presencia de la Fundación Repsol en América Latina es muy pujante, con muchos proyectos de acción social, educativa y cultural”, añade.
La propiedad industrial intelectual se suele generar en España, pero luego hay que proteger esos avances en distintos territorios. “Hemos llegado a tener un número de patentes muy importante en América Latina”, apunta María José Huertas, que participó en la última edición del Innovation Meet, en concreto, en la mesa redonda titulada ‘Gestión de la PI, transferencia tecnológica y redes internacionales’.
Brasil, punto de entrada
La extracción, producción y comercialización de productos derivados de los hidrocarburos supone “un modelo de negocio muy maduro y antiguo”, pero “la generación de soluciones tecnológicas en I+D es mucho más reciente”, dice la jefa de Negocios Emergentes de Repsol, recordando que el actual centro de tecnología de la compañía, ubicado en Móstoles, se construyó en 2002.
“Está centralizada en España la producción de la I+D, propia o desarrollada con terceros en actividades colaborativas, y desde aquí también se protege la PI”. Muchas de esas experiencias se trasladan a otros países de Latam para replicarse, “sobre todo a Brasil, donde Repsol tiene uno de sus dos hub de desarrollo tecnológico (el otro está en Houston). En este país, las petroleras tienen que destinar por ley una cantidad muy importante de dinero a I+D, involucrando a personas y entidades locales.
“Brasil es para nuestra compañía un foco de desarrollo en I+D”, afirma Huertas. Hasta allí se han desplazado investigadores de Repsol y se desarrollan distintos proyectos, como el que se lleva a cabo con Indra. “Se lanzó el reto de encontrar una solución que detectara cuanto antes los vertidos de hidrocarburos y se ha diseñado un sistema que combina cámaras de infrarrojos con radares para detectar cuanto antes la posible mancha en una plataforma fija”, afirma la entrevistada. Tras probarse con éxito en España, ya se ha implantado en Perú. “Y en Brasil se está desarrollando una solución diferente que es de detención en movimiento, por ejemplo, un barco”.
También tienen un programa de innovación abierta llamado Inspîre. “Se lanzó en España, con la colaboración de la comunidad universitaria, y se ha exportado a América Latina con mucho éxito”. Hasta siete universidades de latinoamericanas han participado y se seleccionaron varios proyectos de Brasil.
Cuando se le pregunta por los claves para impulsar aún más las relaciones entre España y Latam, afirma que “el papel de los gobiernos y las instituciones públicas es importante”. “Las empresas sabemos interactuar entre nosotras, pero también hacen falta medidas para incentivar la inversión extranjera y facilitar el desarrollo económico”. El marco es el indicado: “La interlocución con América Latina es muy fácil”.