Asidua confesa de este tipo de encuentros y buena conocedora de la realidad de los Parques Científicos y Tecnológicos, María Luisa Castaño, Directora General de Investigación e Innovación Tecnológica, comenzaba su intervención en la III edición de ‘Ciencia y Tecnología en Femenino’ (iniciativa de APTE en la que participa la Universidad Carlos III de Madrid) lanzando un SOS. “La sociedad actual se dirige hacia una digitalización más próxima a los ciudadanos, las empresas y las instituciones. Es imprescindible y una verdadera necesidad contar con personas formadas en áreas STEAM”.
Castaño recordaba que, lejos del estereotipo ‘friki’, científicos y tecnólogos se caracterizan por su espíritu multidisciplinar, su versatilidad y por su capacidad para analizar la globalidad desde distintos puntos de vista. “Hay que revertir la caída de estas vocaciones, no por estadística, sino porque realmente lo necesitamos”.
Equipos mixtos, cuestión esencial
Con el foco en la situación de la mujer, María Luisa Castaño insistía en dejar a un lado “los números y la estética” cuando se trata de contar con una mayor presencia femenina en ciencia y tecnología. “Es cuestión de supervivencia. Tomar decisiones y abordar problemas precisan de distintos puntos de vista y formas de pensar. Hombres y mujeres somos complementarios y las organizaciones que apuestan por equipos mixtos asumen menos riesgos en sus estrategias. Este equilibrio es esencial”.
En base a su propia experiencia – es Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Valladolid- Castaño recordaba que, en su etapa universitaria, el número de estudiantes de ambos géneros era casi similar. “Hoy el porcentaje femenino ha caído. La clave está en recuperar la confianza de las niñas en el momento de la toma de decisiones. Una de las cosas que he aprendido colaborando con las estudiantes es que las mujeres tendemos a autocensurarnos y autolimitarnos. Somos demasiado exigentes con nosotras mismas y pensamos que ese tipo de estudios no van con nosotras. Nada más lejos; ninguna disciplina tiene género”, concluía María Luisa Castaño.