Son días frenéticos en Endesa. Las obligaciones corporativas, sociales, sanitarias y económicas se solapan. Directora general de Sostenibilidad, María Malaxechevarría es una de las personas que al frente de la gestión de esta crisis en la energética. En sus manos está también que Endesa logre en estos meses un ejercicio virtuoso tras el que sea capaz de seguir mirando de frente a la innovación y a la transición energética tal y como estaba planeada.
Como punto de partida, Malaxechevarría considera que Endesa no solo provee un servicio esencial, sino que “es parte de la sociedad a la que atiende”. La directiva se refiere a los más de 9.000 trabajadores que integran la compañía “y a sus familias”, a la riqueza y el empleo que Endesa genera en las regiones en las que opera o a la formación laboral impartida por la empresa a lo largo de los años.
Ingeniería Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid y MBA por la Universidad de Navarra, Malaxechevarría explica que el reto hoy pasa “por seguir ofreciendo el mejor servicio posible y ayudar en todo lo que podamos”. “En una primera fase” -añade- “vamos a contribuir de forma directa a la lucha contra el COVID-19. En un segundo escenario, colaboraremos para recomponer el tejido social y económico gracias al que desarrollamos nuestra actividad”.
María Malaxechevarría detalla cómo en las últimas semanas Endesa ha diseñado la estrategia con la que afronta la crisis en dos planos paralelos. “Nos hemos volcado con la seguridad sanitaria y social de nuestros empleados. Adicionalmente, hemos adoptado las medidas necesarias para seguir prestando servicios”.
Endesa tiene un plan
Malaxechevarría añade que, en este momento, están desarrollando un Plan de Responsabilidad Pública “completo y bien armado”. Este plan supone que la compañía aporta 25 millones de euros y pone al servicio de Gobierno y Autonomías sus recursos e instalaciones (infraestructuras, materiales y personas) a fin de contribuir a paliar la emergencia sanitaria derivada de la pandemia que sufre el país.
“La principal necesidad es de carácter sanitario. Con estas ayudas ‘inyectamos’ alivio de manera concreta y efectiva”, afirma María Malaxechevarría. Por otro lado, la contribución económica de Endesa también tiene como destinatarias a instituciones y organizaciones sociales. “Su labor es imprescindible siempre, y ahora los es más aún si cabe”.
Garantizar el servicio en un momento en el que el país vive un paréntesis inaudito no es tarea sencilla. La transformación digital acometida por Endesa en los últimos años ha jugado a su favor para afrontar el momento con mimbres sólidos. “Estábamos preparados para situaciones muy complejas sin que las infraestructuras ni la red se resintieran. Esta crisis nos ha demostrado que las inversiones en innovación y digitalización son mucho más que un discurso atractivo, son la diferencia entre ser competitivos o no. Seguiremos en esa línea”.
Malaxechevarría pone varios ejemplos que muestran la multiplicación de esfuerzos durante estos días. “Allá donde lo vemos necesario, doblamos refuerzos para mantener el servicio al 100 % en capacidad y seguridad”. Endesa ha duplicado su centro de control de generación de energía renovable, ubicado en Madrid, con un centro espejo en Santiago de Compostela. Algo similar ha ocurrido con los centros instalados en las islas.
Después de la crisis y por qué “ningún hombre es una isla”
Pese a asegurar que en Endesa están preparados para adaptarse a una nueva realidad en forma y plazos, María Malaxechevarría opina que es de vital importancia que pymes, autónomos y empresarios retomen su actividad. “Entre todos tenemos que ayudarles a esa vuelta a la normalidad tan necesaria y compleja a la vez. Es tiempo de comprobar la solidaridad de los españoles y su capacidad de sacrificio. Remar en la misma dirección tendrá efectos en esa sociedad post crisis”.
Con las conclusiones de la COP-25 de Madrid (donde Endesa jugó un papel importante) aún en el aire, preguntamos a Malaxechevarría por los efectos nocivos que la crisis del COVID-19 puede tener sobre la emergencia climática, bien en forma de recortes o con el viraje de determinadas políticas activas. “Nosotros creemos que la transición energética justa es el único camino hacia el futuro”, asegura.
La responsable de Endesa se muestra rotunda. “Nuestros planes no varían. No solemos arrimarnos a modas cambiantes. Nuestra propuesta es la que defendíamos antes de la pandemia. Es preciso descarbonizar la economía, bajo plazos realistas, apostando por energías que no emitan CO2 y, ahora más que nunca, sin dejar a nadie atrás”.
Por último, una cuestión que flota en el aire ante la que no hay dos respuestas iguales: ¿Nos cambiará esta crisis o el tiempo convertirá lo vivido en un mal sueño? “Como decía el poeta John Donne, ‘ningún hombre es una isla’. Lo estamos comprobando. Todos estamos conectamos y dependemos los unos de los otros. Luchar por el futuro es una tarea conjunta. Un futuro sostenible en el que todos tengamos nuestro sitio. Sostenibilidad y solidaridad son dos conceptos que van de la mano. Hasta las palabras se parecen”.