Con 125 años de historia, Gullón es la única galletera de nuestro país que aún se mantiene en manos de la familia fundadora. Su actual presidenta, al frente de la compañía desde 1983, ha sido la encargado de impulsar el desarrollo de una pequeña fábrica de galletas hasta convertirla en la principal empresa española del sector.
Gracias a su política de reinversión de beneficios y una ambiciosa estrategia de internacionalización, María Teresa Rodríguez Sainz-Rozas ha conseguido situar a Gullón como líder del sector galletero español, con una facturación superior a los 300 millones de euros anuales y con presencia en más de 120 países. Cuentan, además, con dos filiales en Europa, Bolachas Gullón, en Portugal, y Biscotti Gullón, en Italia.
1. A lo largo de su trayectoria profesional, ¿qué decisión ha tomado que haya tenido como consecuencia un mayor grado de innovación?
En los años 80, cuando accedí a la Presidencia de Galletas Gullón, tuve claro que había que dar un vuelco al negocio de la galleta, un sector especialmente tradicional tanto en los productos que ofertaba como en los procesos de fabricación.
Decidimos apostar por crear un producto diferente a lo que se venía haciendo hasta ese momento: la galleta saludable. Comenzamos elaborando galletas con grasas vegetales, algo realmente novedoso en aquel momento, y pronto lanzamos al mercado español la primera galleta integral. Con el paso del tiempo se sumaron las primeras galletas sin azúcar, sin sal, con fibra soluble e insoluble, sin gluten, sin lactosa, sin alérgenos, con Omega 3 y 6, con betaglucano, biológicas, entre otras muchas, hasta llegar a la amplia variedad de productos saludables con los que contamos ahora y que nos han permitido ser líderes de este segmento.
2. ¿Cuáles son las claves para culminar con éxito un proceso innovador?
Si tuviera que analizar las claves de la innovación en Gullón durante las últimas décadas me quedaría con dos cuestiones que han sido fundamentales para nuestro éxito. En primer lugar, ha sido primordial detectar las demandas del mercado que no estaban convenientemente cubiertas por los fabricantes. En nuestro caso, nos dimos cuenta de que podíamos aportar algo más a la sociedad, galletas saludables, un producto más completo y de mayor valor para nuestros consumidores. Conscientes de que tendrían una buena acogida dada la creciente preocupación en la sociedad por llevar un tipo de vida más sana.
Por otro lado, para avanzar en este largo camino ha sido fundamental rodearme de un equipo de profesionales comprometidos con mi misma filosofía de negocio. Hubiera sido imposible llegar hasta donde estamos sin su ayuda y visión acertada del sector.
3. Tres consejos para quienes estén dispuestos a abordar cambios, acciones o procesos innovadores en su empresa o entorno.
Desde mi propia experiencia les aconsejaría que busquen una clara diferenciación dentro de su entorno, detectando las necesidades no resueltas de tus potenciales clientes; que no tengan miedo a crear un producto completamente novedoso, ya que si éste es bueno tendrá una gran acogida en el mercado; y que nunca desvinculen la idea de innovación de la necesidad de aportar valor a la sociedad. En mi trayectoria al frente de Galletas Gullón siempre he tenido presentes estas tres cuestiones, y a la vista está que podemos estar muy satisfechos con los resultados obtenidos.
4. ¿Cuál es, a su juicio, la mayor innovación que ha tenido lugar en los últimos 50 años en todos los ámbitos?
Es difícil quedarse únicamente con un elemento dado el ritmo frenético de avances que hemos vivido en las últimas décadas. Destacaría los avances científicos en el ámbito de la salud que nos han permitido aumentar de forma notable nuestra esperanza de vida hasta superar los 80 años en nuestro país; una cifra que aumentará hasta los 90 años en 2030 según diferentes estudios, fundamentalmente por la investigación en el campo médico y la creciente preocupación por mantener una alimentación saludable.