Marta Álvarez Presas se dedica a la ciencia, pero estuvo muy cerca de ganarse la vida bailando en los mejores teatros del mundo. Nacida en Barcelona, desde muy pequeña se formó en el arte de la danza. De hecho, tiene la carrera de danza clásica homologada por la Royal Academy of Dance de Londres. “Llegó el momento de decidir qué hacer con mi vida. Dudaba si optar por estudiar una carrera ligada a la ciencia, mi otra gran pasión”. Pensó que lo mejor sería que hablara el azar. “Me presenté tanto a la selectividad como a las pruebas para entrar en el Instituto de Teatro, el lugar donde estudiar la carrera de danza en Barcelona. Me decantaría por quien respondiera primero, y fue la selectividad”.
Su nota le permitió entrar en la facultad de Biología de la Universitat de Barcelona, donde también cursó dos másters y completó el doctorado. “Una semana después de saber que había aprobado el acceso a la universidad, llegó una carta del Instituto de Teatro. Había superado las pruebas”. El destinó jugó sus cartas y Marta Álvarez no se arrepiente. “Nunca he dejado de bailar. Creo que la disciplina a la que obliga la danza me ha ayudado mucho en el terreno profesional y personal”. La investigadora es una de las integrantes de la última edición de ComFuturo, el programa público-privado impulsado por Fundación General CSIC.
La investigación que dirige trata de responder a una pregunta con muchas aristas: ¿Cómo evolucionaron los animales multicelulares a partir de sus antepasados unicelulares? El proyecto REGULOMICS propone utilizar herramientas genéticas para estudiar cómo se regulan, activan y desactivan los genes de las células en organismos unicelulares para comprender su evolución hacia formas multicelulares más complejas.
Aplicación en enfermedades humanas
Los resultados obtenidos supondrán “una importante contribución” a la Biología y a otras disciplinas relacionadas, como la Genómica, la Biología Evolutiva, la Microbiología y la Biología Celular. Pero Marta Álvarez Presas se detiene en otros beneficios anexos que pueden derivarse de su actual trabajo. “El conocimiento sobre el origen de las redes de regulación genética, arrojará pistas relevantes sobre la causa de enfermedades humanas, como el cáncer, directamente relacionadas con la pluricelularidad”.
La investigadora desarrolla REGULOMICS en el Institut de Biologia Evolutiva de Barcelona (IBE, UPF-CSIC), un centro “relativamente pequeño”, pero que atesora un personal investigador puntero que trabaja en varios aspectos de la Biología Evolutiva. Marta Álvarez Presas forma parte del grupo Multicellgenome Lab, liderado por Iñaki Ruiz-Trillo, “donde tenemos un ambiente científico fantástico, con investigadores de diferente background que aportan sus diferentes experiencias al estudio de la multicelularidad”.
Ganar estabilidad
Para llevar a buen término estos avances, la experta admite que el apoyo del programa ComFuturo “lo es todo” en este estadio de su carrera. “Por primera vez, soy investigadora principal de mi propio proyecto. Puedo decidir cómo llevar a cabo la investigación. Esto me abrirá muchas puertas más adelante. Uno de los aspectos que, de un modo u otro, siempre ha sido objeto de críticas en las solicitudes de becas y proyectos, es que aún no había ejercido como IP. Ahora lo soy, y será clave en el desarrollo de mi trayectoria”. En este sentido, Marta Álvarez Presas sueña con un futuro en el que su posición se estabilice definitivamente con una línea de investigación sólida y estructurada.
En la cotidianeidad de su día a día, admite que no es fácil lidiar con una efectiva conciliación familiar. Madre de dos niñas pequeñas, la investigadora lamenta encontrarse “limitada” en la combinación de carrera científica y vida personal. “No es fácil compaginarlo todo”. Tampoco es sencillo gestionar otra de las barreras más habituales. “La burocracia supone esperar mucho por cualquier pedido, solucionar cantidad de papeleo… es un tiempo valioso que podría dedicar a mi investigación”.
A mayor escala, Marta Álvarez Presas opina que, pese que la situación para los investigadores e investigadoras ha mejorado en España en los últimos años, la precariedad sigue más que presente. “No solo faltan más plazas públicas de investigación, también urge nivelar el gender balance. Pocas científicas llegan a altos cargos, y esto tiene que cambiar. Espero ser partícipe de ese giro”, concluye.