Cuando Carla Quintana Caballero decidió formarse como matrona en Reino Unido, plantaba sin darse cuenta la semilla de Maternify. Era el año 2012, y las plazas disponibles escaseaban en España. Después de un periodo teórico de año y medio, comenzó el proceso de prácticas. “Cuando nos contábamos la jornada al final del día, sus experiencias eran siempre más enriquecedoras que las mías”, explica al otro lado del teléfono Álvaro Ayllón, CEO y cofundador de la empresa (en Londres, el hoy marido de Quintana, se dedicaba al ámbito financiero).
El carácter multicultural de los compañeros y pacientes con los que trabajó influyeron positivamente en Quintana al tiempo que completó su formación prestando el servicio de community midwive. “El sistema público de salud incluye un programa de atención a domicilio dirigido tanto al embarazo como al posparto”. Ayllón añade que este servicio gratuito va más allá de lo sanitario. “Es una ayuda increíble con la adaptación a la lactancia, las curas, consejos de todo tipo… Y se trata de un apoyo emocional en el que las matronas pueden detectar con antelación síntomas de depresión posparto, observar indicios de violencia doméstica o el nivel de higiene del hogar. En España no existe nada así”.
De vuelta a Madrid, Carla Quintana comenzó a trabajar como tele-matrona para una aseguradora. Comprobó que el seguimiento exhaustivo de las pacientes se complicaba. No siempre eran atendidas por la misma profesional y esa falta de cohesión, con un tiempo medido al segundo, derivaba en una ficha clínica mal coordinada. Más tarde empezó a ejercer en distintos hospitales, pero el cuerpo le pedía salir ahí fuera. “Siempre pretendió acompañar de cerca a las madres y a las familias, mejorar su vida en esos momentos”.
De la idea al negocio
Álvaro Ayllón alude al abandono posparto que sufren las mujeres en España, donde los mensajes que recibe una madre nada más dar a luz o en la preparación del parto no siempre van en la misma dirección. Ante esta tesitura, Quintana empezó a ofrecerles ayuda fuera de su horario laboral. Lo que arrancó gracias al boca a boca y a un número de whatsapp, creció poco a poco hasta convertirse en “Matrona para mi”, prólogo de Maternify. Desde Instagram, narraba su día a día, tanto en el hospital como en los acompañamientos a domicilio.
“Tuvo que comprarse una moto para ir más rápido de un lugar a otro”, rememora Ayllón. “Contactaban con ella cada vez más mujeres, tanto de Madrid como de fuera”. De este modo, no le quedó más remedio que tejer una primera red de matronas, validadas por la propia Carla Quintana, que se aseguraba de que compartían con ella una misma filosofía y vocación.
“El 5 de abril de 2020, le regalé por su cumpleaños una página web. El proyecto empezó a ganar en notoriedad. Desde la empresa de venture builder en la que trabajaba entonces validamos que tenía sentido como idea de negocio”. En septiembre de 2020 lanzaron un primer prototipo. Hoy conforman la red de Materfy más de 100 profesionales presentes en 40 ciudades españolas. La startup acaba de cerrar una primera ronda de financiación de casi medio millón de euros.
Protocolos obsoletos
Maternify viene a alumbrar las dudas de una generación de padres y madres en la que, pese al acceso a la información, más del 50 % de las mujeres tiene miedo al parto en España. “Posponemos la edad del primer embarazo y eso entraña riesgos. Son necesarias más educación y concienciar acerca de posibles problemáticas”.
El CEO de la compañía señala que los protocolos sanitarios en torno a la maternidad están obsoletos en muchos sentidos. “Comparada con países como Reino Unido u Holanda, la experiencia en España suele ser mala. Las estadísticas de violencia obstétrica son altas”. Aquí se lleva la palma la cesárea. “La OMS indica que aquellos países con más de un 15 % de los partos practicados por cesárea deben hacer una reflexión. En España estamos en un 25 % y sufrimos desigualdad entre regiones: un bebé tiene el doble de posibilidades de nacer por cesárea en Extremadura que en el País Vasco. Hay lugares donde los protocolos obstétricos no son actualizados. Siempre hay que preguntarse por qué y para qué se practica una cesárea”.
Ayllón ofrece más datos. “Te aseguro que en España tienen lugar más partos el 31 de julio que el 1 de agosto. ¿Por qué? Muchos son adelantados para que no interfieran con las vacaciones de agosto. Los riesgos sanitarios de un parto han descendido mucho, pero debemos analizar por qué no se supervisa convenientemente el impacto psicológico que entraña acelerar y medicalizar un proceso natural”.
Profesionales satisfechos
Frente a estas malas praxis, la red de Maternify apuesta por una maternidad respetada. También informada. “Explicamos los riesgos y los beneficios de cada paso antes y después. A partir de ahí, respetamos la decisión de cada familia. En el caso del embarazo, llevamos a cabo una preparación mucho más eficiente que acudir 6 o 7 veces a unas reuniones con otras parejas donde el trato personalizado es una quimera. Nuestras matronas les guiarán en todo momento”.
En paralelo, gracias a este programa de atención al embarazo y posparto, en Maternify creen que han conseguido que muchos profesionales “se vuelvan a enamorar” de su trabajo. “Ahora pueden combinar su día a día en el sistema sanitario público o privado con asistencia online o a domicilio. Monetizan su tiempo libre. El 80-90 % de la red son matronas. Ellas nos transmiten su felicidad por poder dedicarle a las familias mucho más de los 10 minutos habituales en el centro de salud. La plataforma es paras todos los bolsillos y facilita que sean las madres o futuras madres las que eligen el momento en el que son atendidas, y sin desplazarse”.
En un entorno en el que compiten con otras propuestas, “no tan multidisciplinares ni con equipos tan cohesionados”, en Maternify se enfrentan a dos tipos de clientes. “Los peores son los que han leído todo porque tenemos que encarar un proceso de desaprendizaje. Prefiero aquellos que no hacen preguntas previas porque admiten no saber nada; con esta clientela no hay que desmentir mitos y captan todo a la primera”.
El emprendedor menciona otra barrera pendiente de derribar en España. “Cuando hablamos de embarazo y parto, la primera palabra que nos viene a la cabeza es ginecólogo: el de tu madre, el de tu hermana, el de tus hijos anteriores. Que sea alguien de confianza y buena gente no significa que esté los bastante actualizado a nivel científico. Queda mucho por educar en maternidad respetada. La suerte juega un papel importante, pero un equipo de acompañamiento bien coordinado ayuda a que todo sea un éxito”.
Los aliados
“Las cosas no habrían sucedido así, o todo se hubiera retrasado, sin pasar por Lanzadera”. Álvaro Ayllón admite que ser parte de la aceleradora de Juan Roig les ayudó a ganar en confianza y ambición, “a tirarnos al precipicio con paracaídas”. Convencidos de que lo que tenían entre manos era viable, siguen un lema que allí grabaron a fuego: “No estás aquí para pasar desapercibido, sino para complicarte la vida”. Bajo esa consigna, el CEO de Maternify celebra las enseñanzas recibidas para resolver problemas y crecer. “Con ellos cimentamos el plan de negocio y la estrategia de financiación”.
La ronda servirá para afianzar el equipo humano, eficientar procesos y asentarse en mercados principales, como Barcelona, con toda la cartera de servicios disponible. Además de desahogo financiero, la ronda es en sí misma una carta de presentación muy valiosa gracias a la entrada de inversores como Juan Abarca, presidente de HM Hospitales o Alejandro Castillejo, Head of Sanitas Ventures. “Hemos recibido propuestas de distintas aseguradoras, pero por ahora preferimos centrarnos en un servicio de máxima calidad, por muchas ventajas que nos reportara acceder a una gran base de datos de clientes”.
Maternify también ha recibido combustible extra desde el ámbito público a través de la línea de financiación “Emprendedoras Digitales” de ENISA, la Empresa Nacional de Innovación. “Con ellos el proceso está siendo bastante rápido y sencillo. Su contribución será importante para escalar”.
¿Y más adelante? “Ojalá pudiéramos convertirnos en el ‘brazo’ a domicilio del sistema de salud. Regiones como la Comunidad de Madrid tienen una hoja de ruta para crear un programa de matronas a domicilio, pero con una visita al mes. Probablemente esa cita tendrá lugar cuando la matrona pueda, no cuando quiera la madre. Quizá la sanidad pública sea nuestra competencia algún día. No creo que pueda llegar a hacerlo tan bien ni tan rápido por sí sola”, concluye Álvaro Ayllón.